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Los controvertidos puestos ambulantes de fruta abren la temporada en Vilagarcía

Ravella concedió autorización a uno en O Rial y a otro en Carril previo cumplimiento de numerosos requisitos - Ayuntamientos como el de Pontevedra prohíben esta actividad

Uno de los puestos ambulantes de fruta autorizado en Vilagarcía. // Noé Parga

Llega el buen tiempo y con él también la instalación de puestos de venta de fruta en los márgenes de las carreteras. Mientras que en concellos como el de Pontevedra está prohibida esta actividad e incluso recientemente sus vendedores ambulantes amenazaron con cortar el tráfico en Alba como señal de protesta, en la mayoría de municipios sí está permitida. Es el caso de Vilagarcía, donde cumpliendo una retahíla de requisitos, el Concello concede autorizaciones para la venta ambulante de fruta. Fuentes municipales precisan que este año se ha otorgado permiso a dos puestos, uno en la recta de A Rosa (Carril) y otro en la rotonda de O Rial, ambos propiedad del mismo comerciante.

Fue la junta de gobierno local del 4 de mayo la que aprobó estas autorizaciones, las cuales cuentan con un periodo de vigencia que abarca los meses de mayo, junio, julio y agosto.

Para que estos polémicos puestos de venta ambulante de fruta (cerezas, sandías, melones, naranjas, etc.) sean legales en Vilagarcía debe existir un informe favorable de la Policía Local que se emite tras comprobar el cumplimiento de la Ordenanza Municipal de Circulación (artículos 28 y 30).

Asimismo, el permiso municipal se supedita a que el puesto no constituya un obstáculo para el tráfico rodado ni para el paso de peatones y debe cumplir la ordenanza de ruido y vibraciones. El comerciante también debe pagar la tasa por ocupación de suelo público y disponer de un seguro de responsabilidad civil para la actividad ejercida.

Pero todavía existen más requisitos, concretamente los que fija la Ley de Comercio de Galicia para la venta ambulante y de higiene por venta de alimentos. Por último, el solicitante de la autorización municipal tiene que responsabilizarse de la limpieza del espacio público que ocupa desde su instalación hasta el término de la actividad, dejando la zona en las mismas condiciones en las que se la encontró, según relatan desde el Ayuntamiento.

El año pasado se generó cierta polémica por el funcionamiento de estos puestos al pie de los viales de O Salnés. Aparte de los de Vilagarcía, hay varios en la carretera que une la capital de Arousa y la de la provincia, la PO-531, concretamente en la rotonda de Godos, en A Goulla, en el alto de Curro y en Alba. La Asociación Galega de Ambulantes e Autónomos (AGAA) denunció la proliferación de estos vendedores ambulantes ante la Agencia Tributaria, la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), la delegación del Gobierno en Galicia, la Dirección Xeral de Comercio de la Xunta y la de Administración Local al considerar que ejercen competencia desleal.

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