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Los vecinos que evitan que muera Serrán

En el rural de O Salnés hay un gran número de aldeas casi vacías, como una de San Salvador de Meis en la que solo quedan dos hombres, de 57 y 53 años

José Luis Alveda, de 57 años, es uno de los dos únicos habitantes que quedan en Serrán. // Noé Parga

El Instituto Nacional de Estadística publicó el martes las cifras de habitantes por núcleos de población. Según éstas, Serrán es el lugar con menos gente de todo el Ayuntamiento de Meis, que es a su vez el municipio arousano con más núcleos con menos de 25 habitantes. El INE le da cuatro vecinos a Serrán; pero ni siquiera tiene tantos. El dato es de 2014, y desde que se hizo hasta hoy ya se han ido otros dos. "Uno de ellos falleció el 29 de diciembre pasado", explica José Luis Alveda Lamas, uno de los dos vecinos que quedan en Serrán, y que evitan que este pequeño y apartado lugar de la parroquia de San Salvador pase a considerarse una "aldea abandonada".

José Luis Alveda es natural de San Tomé, otra parroquia de Meis, pero se mudó a Serrán hace un par de años. Buscaba un lugar tranquilo y lo encontró en este conjunto disperso de casas construidas a orillas de una estrecha pista que conduce a Silván y, más allá, a la aldea de Armenteira. Tiene 57 años y asegura que "aquí estoy tranquilo, soy feliz. Nadie se mete conmigo y no tengo que aguantar ruidos de coches ni de nada". El hecho de estar relativamente aislado tampoco le inquieta. "A veces me visitan los nietos, los hijos, una compañera... y se quedan conmigo. No, no tengo miedo". Eso sí, el hecho de vivir en Serrán y de no tener coche le obliga a caminar mucho. La parada de autobús más cercana (hay una línea que une Cambados, Mosteiro y Pontevedra) le queda a un cuarto de hora a pie.

En Serrán hay media docena de casas, pero solo están habitadas la suya y la que ocupa otro vecino, de 53 años. Las demás llevan más o menos tiempo cerradas, aunque todavía se mantengan en pie.

El rural se vacía

Los datos del INE revelan un rápido y acusado despoblamiento del rural en Galicia. Esta tónica es especialmente acusada en las regiones interiores de Ourense o Lugo, pero también se produce en una comarca costera como O Salnés, aunque sea de forma más tibia. Por poner un ejemplo, el Instituto Nacional de Estadística había contabilizado 1.582 habitantes en Baión (Vilanova) en 2000; catorce años después tiene 250 menos. Pero también están perdiendo población muchos núcleos urbanos. O Salnés, de hecho, perdió 500 habitantes durante el último año.

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