Desde hace cuatro años dirige el Coro da la Escola de Música Municipal de Meaño (EMMM), una formación de voces blanca que integra, en sus vertientes infantil y juvenil, a 80 alumnos del centro con edades comprendidas entre los 7 y 16 años. Soprano lírica, esta vilagarciana ha colaborado hasta la fecha con numerosas bandas de música como Pontevedra, A Coruña, Catoira o Chantada entre otras y es una de las impulsoras de la gala musical que cada primavera se celebra en la comarca para recaudar fondos en la lucha contra el cáncer.
- ¿Le sorprendió la Escuela de Música de Meaño cuando llegó aquí?
- En parte no, porque yo ya tenía referencias. Además en el plano musical Meaño es muy conocido por su banda, que es una formación que yo ya solía escuchar porque es una banda con mucha calidad. Pero lo que sí me sorprendió muy positivamente es la alta ratio de alumnos que tiene la Escuela de Música en relación a la población del municipio, es muchísimo más alta que, pongamos por caso, Vilagarcía.
- ¿Hay madera de futuro entre los coristas de EMMM?
- Hay muy buenas voces. El problema más grande en estas edades es que, conforme crecen y llegan a los 12 o 13 años los niños se inhiben y les da vergüenza cantar.
- ¿Puede ayudar el canto a la socialización o a la desinhibición en la adolescencia?
- Sí, el canto ayuda a desinhibirse. Hay que tener el cuenta que la voz es el instrumento con el que todos nacemos, con el canto llegamos mejor a nuestras emociones que con cualquier otro instrumento. Y en una etapa de tantos cambios como es la adolescencia es importante no reprimir esas emociones y esos sentimientos, el canto ayuda a desinhibirse y a expresarlos.
- Para cantar bien ¿es importante comenzar de niño?
- No necesariamente, pero cierto que lo mejor es empezar a cantar siendo niños porque en ese momento de la vida se aprende de manera natural, además los niños son como esponjas, lo captan todo muy rápido. Pero nunca es tarde para empezar, las personas mayores también lo logran, cierto que puede costarles un poquito más de trabajo.
- ¿Facilita el aprendizaje, como en este caso del coro de la EMMM, el que los coristas lleguen a la disciplina de canto empezando a dominar ya un instrumento?
- No, más bien es más al revés: el canto ayuda a que el alumno domine luego mejor el instrumento. Siempre expresas mejor primero con el canto y eso facilita luego el aprendizaje luego del instrumento que elijas.
-- Usted dirige un coro de adultos y otro de voces blancas. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? ¿Qué se debe tener en cuenta a la hora de dirigir un coro de niños?
- A la hora de dirigir un coro de niños tienes que ponerte un poco a su altura. A los mayores les puedes exigir más técnicamente, pero en el caso de los niños tienes que jugar con un componente más lúdico, lo importante en conseguir que canten de la forma más natural posible y a partir de ahí irles moldeando un poco.
- ¿Exige más energía un coro de niños?
- Sí, gastas mucho más energía porque tienes que ir en todo momento por delante de ellos captando su atención. Un corista adulto puede entender que estés un momento callado, un niño no, en seguida se distrae, se aburre, y cuando eso ocurre cambia el chip y empieza a hablar. Además en un coro de niños no sólo diriges, sino que educas, animas, estás ahí si alguien llora? eres mucho más que un director.
- ¿Qué proyectos futuros le gustaría llevar a cabo en Meaño?
- Me gustaría que el canto coral no se quedase como asignatura, que igual que hay un coro de la Sinfónica hubiera un coro de la Banda y la Escuela de Música de Meaño, más allá de cuestiones lectivas. Y que a medida que los niños fueran creciendo y les cambiara la voz se les diera continuidad con un coro de adultos propio.
