El puente interprovincial que une Catoira con Rianxo sobre el río Ulla, a la altura de las Torres do Oeste, vuelve a ser noticia por su pésimo estado. Dependiente de las Diputaciones Provinciales de A Coruña y Pontevedra, este viaducto presenta evidentes signos de abandono y deficiente conservación, a pesar de que fue reformado hace unos años y se trata de una carretera muy transitada, por su situación estratégica a caballo entre las comarcas de Barbanza y Caldas-O Salnés.

Quizás uno de los problemas más acusados, que no el único, sea la deficiente iluminación pública, pues si bien es cierto que en el margen izquierdo en sentido Catoira-Rianxo aún funciona el alumbrado, en el margen derecho brilla por su ausencia. Es más, incluso puede decirse que hay alrededor de cuarenta farolas y se comprueba con facilidad que apenas funcionan tres.

Como queda dicho, el problema de alumbrado no es el único. El firme de esta transitada carretera también se ha deteriorado notablemente, lo cual constituye un problema importante cuando llueve con intensidad.

Como igual de problemático parece el estado en que se encuentran las juntas de dilatación de la estructura, pues aunque fueron renovadas hace unos años todo indica que han vuelto a deteriorarse sensiblemente.

A esto hay que añadir los destrozos que han padecido las barandillas de protección o seguridad, tanto en un margen de la carretera como en el otro, por no hablar de la deteriorada y parece que insuficiente señalización en ambos extremos del viaducto.