La Virgen del Carmen surcó las aguas de la Ría de Arousa desde los puertos de Cambados y Vilaxoán en una espléndida tarde de verano que invitaba a acompañarla en su singladura hasta el Faro de Lobeira y O Facho, respectivamente, donde se arrojaron ramos y coronas de rosas, claveles y otras flores.

Miles de personas abarrotaron literalmente los dos puertos y cientos de barcos, cargados de pasajeros, se engalanaron para acompañar las imágenes de la Reina de los Mares al interior de la Ría.

"Es la procesión más bonita de Cambados", presumía orgulloso Luis Aragunde, alcalde de la ciudad, antes de subir al "Laurus", barco bateeiro que hace diez días recibió el honor de acoger el altar que presidieron, por vez primera en la historia, la Virgen del Carmen, la patrona Santa Mariña y San Antonio.

Laureano Oubiña Pérez, dueño de la embarcación bateeira, reconoce su emoción por el honor que le correspondió este año en la procesión marinera por excelencia, aunque hace cuatro años ya engalanó su barco para estos mismos menesteres. "Al Carmen le tengo una gran devoción y la primera vez que subió a mi barco fue un ofrecimiento. Mi hijo Fernando sufrió un accidente muy grave. Estuvo al borde de la muerte y se salvó", afirma con enorme gratitud.

Fernando Oubiña, su hijo, de unos 30 años, reconocía que así había sido. Y lo cierto es que en apariencia no tiene la más mínima secuela. Por ello, toda la familia se volcó en la celebración de ayer, engalanó el barco con banderas, coronas y flores, y lo puso a disposición de los protagonistas de la fiesta.

"Calculo que iremos unas 200 personas, entre autoridades municipales y de la Cofradía, la congregación de Hermanitas de la Caridad de Cambados, Caldas y Padrón, los músicos de la Banda, los danzantes de Arcos de Cobas (Meaño), entre otros muchos invitados", según una estimación que podría quedarse corta.

E igual de abarrotados iban los demás barcos, más de un centenar que se agolpaban en el puerto de Tragove para participar en una procesión marítima que según los cálculos podría superar la hora y media de trayecto, entre la ida y la vuelta.

Con esta aproximación sería fácil estimar que unas cinco mil o seis mil personas participaron en una de los recorridos marítimas más vistosos de la ría de Arousa.

Las tres imágenes habían salido desde la iglesia parroquial y recorrieron en carrozas el centro del pueblo hasta la explanada de la lonja, donde sobre las siete de la tarde comenzó la misa solemne, oficiada por el párroco José Aldao.

El sacerdote agradeció el "esfuerzo y sacrificio" de todos los vecinos que participaron en la confección de la alfombra floral por la que discurrió la procesión con las tres imágenes honradas ayer en Cambados, que este año incorporaba a Santa Mariña porque la lluvia impidió sacarla en procesión el pasado viernes.

Pero también este hecho se observó como positivo porque, además, así lo refrenda el refranero popular: "Cando chove en Santa Mariña, ameixa e berberecho no Serrido", por tanto una buena señal de la protectora para marineros y mariscadores del lugar.

Y si miles fueron los fieles que acudieron a mitad de la ría para participar en la ofrenda floral, otros tantos quedaron en tierra para ver el espectáculo desde la distancia.

Lo mismo ocurrió luego en Vilaxoán. La singladura fue menor, pero los actos ocuparon toda la tarde. La Virgen del Carmen, portada a hombros por los marineros de la Cofradía de su mismo nombre, regresó a la hermosa iglesia románica de Sobrán a eso de las diez de la noche.

Antes, también fueron miles de personas las que le rindieron homenaje, tanto en tierra, como en el paseo por la Ría desde el puerto hasta O Facho.

En este caso, la procesión fue algo más modesta, pues participaron unas veinte embarcaciones. Cierto que también se llenaron de fieles.

El honor de llevar la imagen correspondió en esta ocasión al bateeiro "Barros".

En su cubierta se instaló el altar en el que viajó la Virgen del Carmen, custodiada por el arcipreste de O Salnés y párroco de San Martiño de Sobrán, Lino Arcos. También tuvieron el honor de acompañar la imagen, el alcalde de Vilagarcía, Tomás Fole, y otros miembros de la Corporación, incluido el patrón de Vilaxoán y edil, Manuel Tarrío.

La Cofradía del Carmen, todos de impoluto blanco marinero, y el grupo de gaitas, completaron las cubiertas.