El urbanismo está detrás de muchas de las polémicas que periódicamente sacuden la actualidad política en O Grove. Desde el decretazo Cuiña de 2002, aprobado precisamente para atajar los supuestos desmanes que permitían las normas subsidiarias, ha habido una gran cantidad de controversias con el urbanismo como telón de fondo. Desde el proceso judicial de la urbanización de Raeiros hasta el cierre temporal del restaurante Culler de Pau, pasando por las órdenes de derribo de una caseta vecinal construida en O Sineiro o del edificio administrativo, que costó más de 700.000 euros.

Estas dos últimas obras se levantaron siendo alcalde José Cacabelos, y su sucesor en el cargo, Miguel Ángel Pérez (PP) tiene ahora que intentar salvarlas para evitar un quebranto económico para las arcas municipales. Los socialistas tampoco se libran de las polémicas. De hecho, la edil Enma Torres está construyendo una casa en el entorno de la capilla de San Antonio, que el Ayuntamiento también le mandó parar después de una denuncia contra ella.

Y aunque nunca se relacionasen directamente con el urbanismo, Óscar Miniño sufrió hace un par de año dos incendios en propiedades suyas. 12 años después del decretazo de José Cuiña, O Grove sigue sin Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM).