Fue la primera competición de dornas en la ría de Arousa cuando esta embarcación se encontraba en plena decadencia ante la superioridad del poliéster y sirvió para marcar un punto de inflexión en la recuperación de la navegación tradicional. La Volta á Arousa cumple su treinta aniversario el próximo 5 de julio, jornada en la que unas 40 dornas saldrán a competir el título que posee desde el pasado año la "Cariñosa", una de las grandes campeonas de la prueba.

La Volta á Arousa, además de ser la regata más longeva de todo el calendario de dornas, posee muchas particularidades que le son exclusivas. La salida siempre depende del viento, en el caso de ser predominantemente del norte, las proas apuntan al Aguiuncho para regresar por el puente, o viceversa si la fuerza predominante procede del sur.

Una vez lanzada la salida, tipo desmarque con todas las embarcaciones y tripulantes en el agua, quedarán más de tres horas de navegación por delante en la que se deberá rodear de forma íntegra los siete kilómetros cuadrados de superficie que posee el municipio, lo que traducido a millas náuticas, ronda las veinte en total. La embarcación que completó el recorrido más rápido de la historia consiguió cruzar la línea de meta en un tiempo de tres horas y cuarto.

Las condiciones meteorológicas que reinan durante la prueba, al ser tan larga y pasar tantos puntos diferentes en el interior de la ría de Arousa, acostumbran a ser muy cambiantes, alternándose en la misma travesía períodos de calma chicha con fuertes vientos que han llegado a poner en riesgo, en más de una ocasión, a parte de la flota, aunque las medidas de seguridad que pone sobre el mar la Escola de Navegación Tradicional de Dorna siempre han sido excepcionales para evitar incidentes.

La prueba posee un importante componente competitivo, como demuestra que a ella acude lo mejor de la flota de la ría de Arousa con el objetivo de hacerse con un entorchado que se ha quedado en A Illa la mayor parte de las ediciones. Sin embargo, su fondo último es el de demostrar que la navegación tradicional sigue viva.

De hecho, la mayor parte de las embarcaciones participan por los componentes, lúdico, festivo y cultural que ofrece la organización, que siempre acaba montando una pequeña fiesta de confraternización en las inmediaciones de su sede de O Bao.