| Dos décadas como cura párroco de Caleiro, en Vilanova de Arousa, sirvieron para que el párroco Andrés Nieto Vázquez se ganase el corazón de sus vecinos. Ese logro quedó demostrado en el sepelio que se celebró ayer en el salón parroquial, que se quedó pequeño para despedir al máximo responsable de su construcción. El sepelio estuvo presidido por el arzobispo de Santiago Julián Barrio.