Un grupo de vecinas mira para el autobús, ya completamente calcinado. "Si se llegan a bloquear las puertas esto sería una tragedia", comenta una mujer. Algunos residentes de la zona se cercioraron del suceso por pequeñas explosiones que escucharon. Podrían ser de los neumáticos, pero los cuatro quedaron intactos. Al parecer habría reventado el depósito del agua del radiador.

"Todo era una humareda negra. Algunos niños llamaban por sus madres asustados", apunta otra vecina. "Profe, ¿no es el mismo, verdad?", preguntaba un alumno a la llegada del autocar para llevarlos al colegio.

Todas las personas allí presentes coincidieron en la rapidez con la que se evacuó el autobús, así como de la llegada de los efectivos antiincendios.