La caída del helicóptero afectó a tres fincas distintas, de las cuales solo una de ellas está cultivada, al tener una parra de vino tinto tipo Barrantes. El accidente provocó diversos daños en las parcelas. En el caso del viñedo, los restos del helicóptero y de las aspas rompieron aparentemente algunas cepas e incluso varios postes de cemento, causando también daños en el alambrado. Además, los dueños temen que las vides absorban los combustibles y demás líquidos que expulsó el aparato y que eso termine por matarlas.

El propietario de la finca donde acabó el helicóptero, por su parte, solicitará que le retiren al menos un metro de tierra y que se la repongan "porque ha chupado cientos de litros de gasolina. Esta tierra así no sirve para nada", manifestó el domingo Manuel Rodríguez. También se vieron afectadas, pero menos, las fincas por las que tuvieron que pasar los servicios de emergencias (fueron por los extremos, invadiendo lo mínimo posible) o que fueron pisadas por los cientos de curiosos que acudieron al lugar el domingo.