"La herencia urbanística que nos dejó Cacabelos se materializa en una preocupante situación para nuestro ayuntamiento. Los casos se van acumulando, y tanto desde el punto de vista de la imagen y del servicio que tenemos que prestar a nuestros vecinos como de las posibles consecuencias económicas puede convertirse esta situación en insostenible. De todos es conocida la dejadez y nulo trabajo de Cacabelos para con el principal problema de nuestro ayuntamiento a falta de un replanteo urbanístico, el PXOM. Por entender que la ejecución de este trabajo podría conllevar el descontento de una parte del vecindario simplemente no lo abordó, dejando al ayuntamiento desamparado y cometiendo un acto propio de un político irresponsable y no merecedor de la confianza que en el mismo depositaron sus vecinos.

De corta y penosa puede definirse la historia de este miembro de la corporación con respecto del objetivo más importante que tiene por delante este ayuntamiento. En sus cuatro años como alcalde y con la mayoría suficiente optó por no poner sobre la mesa el asunto, siendo éste el primero de los desprecios de este político hacia sus vecinos.

No fue así la gestión urbanística del día a día, que podríamos calificar como la más nefasta que se recuerda nunca en este municipio. Mejor sería que se estuviera quieto como con el PXOM, pues nos ahorraría un montón de disgustos de consecuencias incalculables.

De la caseta vecinal de O Sineiro debo decir que es otra de las víctimas de su gestión, y al igual que en buena parte de las obras del Plan - con un proyecto de su hermano, del que no se debió fiar demasiado porque se saltó buena parte de lo que decía este proyecto para acabar en la situación que ya todos conocemos, una resolución de demolición de la APLU a cuenta de la cual ya estamos pagando multas coercitivas.

Con el edificio administrativo se da la misma resolución de demolición, después de adjudicar el proyecto a su hermano, tras adjudicar la obra sin los informes técnicos preceptivos y sin importarle saltarse todos los procedimientos administrativos posibles, aprobando incluso certificaciones de obra no ejecutadas.

Lo más preocupante es que el ayuntamiento ya está advertido por la Administración que dio la subvención para solicitar explicaciones y valorar la situación.

A los importantes gastos que puede acarrear todo esto, entre lo que costó la construcción, lo que podemos tener que gastar en la demolición y la devolución de la ayuda de la Xunta hay que sumar otro gasto como el de la elaboración de un informe jurídico que Cacabelos encargó a un prestigioso gabinete de abogados para que avalara su tesis de que en este procedimiento todo si hizo correctamente.

Se sabe de este asunto porque existe (fue presentada por registro) y se pagó una factura por un importe de 14.200 euros, aunque no fue presentado por registro ni se sabe nada del mismo ni en ningún otro departamento municipal conocieron en ningún momento este "informe fantasma" que sí pagamos (eso seguro) pero nadie sabe donde está.

Son muchas preguntas y ninguna respuesta. Lo único cierto es que nuestro ayuntamiento se encuentra en una situación muy comprometida como consecuencia de la irresponsable gestión de un político que lejos de ayudar a arreglar los problemas que provocó sigue empeñado en querer trasladárselos a los demás".