Ramón Domínguez Argibay estaba en Cataluña el 23 de abril del año pasado, y tuvo así la oportunidad de ver como se vive en esa comunidad el Día del Libro, que en Cataluña coincide con la festividad de Sant Jordi. "Aquello es otro mundo. Aunque es día laborable la gente lo toma como una fiesta. Las calles están llenas de gente, las librerías y las asociaciones montan en la calle puestos de venta de libros e invitan a escritores a firmar ejemplares. El año pasado vi a Amin Maalouf, Rosa Regás o Asa Larsson".

Argibay añade que el 23 de abril "Barcelona parece una fiesta, hay muy buen ambiente", y que esto se traduce también en que "se venden muchísimos libros. Allí ya es casi una tradición regalar un libro o una rosa ese día". El librero cree que sería bueno conseguir una repercusión social similar para el Día das Letras Galegas "pero eso es un trabajo de muchos años".