Ya sea por la proximidad de las elecciones, porque ve imposible la ejecución del proyecto o porque ha cambiado drásticamente de opinión, lo cierto es que el concejal grovense de Medio Ambiente, Alfredo Bea García, se posicionó ayer claramente en contra de la construcción de un campo de golf en las laderas del Monte Siradella, y más concretamente en los terrenos que la Diputación y los comuneros de San Vicente tienen en el entorno de Feáns.

Hasta ahora el concejal galeguista, que es también responsable de Deportes en el tripartito grovense, no es que se hubiera posicionado a favor del campo, pero "se dejaba querer" y, desde luego, no le hacía ascos.

En diciembre de 2008, cuando Bea era socio de gobierno del alcalde socialista José Antonio Cacabelos Rico, éste declaró: "Está claro que tanto nosotros como el Partido Galeguista estamos de acuerdo".

Se refería a un proyecto de campo de golf que no incluía ninguna urbanización y tampoco dejaba abierta la posibilidad de hacerlo en el futuro. "Presentar un proyecto de campo de golf sin edificaciones anexas es un paso importante", decía Cacabelos, el entonces socio de Alfredo Bea.

Asimismo, quedaba claro que el cuatripartito que funcionaba entonces en O Grove estaba dividido, con el BNG e Izquierda Unida manteniéndose en contra o a mucha distancia del campo de golf, y con el PSOE y el Partido Galeguista aparentemente a favor o receptivos.

De ahí que el exregidor José Cacabelos manifestara -hace ya más de cinco años- que "los que tenemos responsabilidades de gobierno debemos reflexionar detenidamente y debatir cada argumento, y si después de todo eso hay que decir no al campo de golf se dirá, pero hay que evitar como sea la táctica del no por el no; puede ser un campo singular en todo el Norte de España, y no cabe duda de que la diferenciación en la oferta turística nos dará un valor añadido en el mercado, por eso debo apelar a la responsabilidad de todos y pensar en que el no por el no va en contra de los principios de sostenibilidad y puede ser considerada una postura extremista".

Actualmente Alfredo Bea García sigue en el gobierno, pero como socio del conservador Miguel Pérez y la independiente Aida Filgueira. Aunque la postura del galeguista parece haber cambiado, o al menos ahora resulta mucho más contundente que en el pasado.

Ayer, sin ir más lejos, el concejal galeguista utilizaba las redes sociales para dejar claro su rechazo a la idea. "Yo contra el deporte del golf no estoy, ni digo que en O Grove no pueda haber un campo de 18 hoyos -argumentaba Alfredo Bea-, pero en esa zona es imposible y dudo mucho que con las leyes, que cada vez blindan más el medio ambiente, se cambie nada que no sea lograr más protección".

Pero eso no es todo, pues el concejal delegado de Medio Ambiente espetó en uno de sus comentarios en Facebook que el istmo de A Lanzada, a los pies del Monte Siradella, "está perfecto, y quién quiera un campo de golf que gaste pasta y compre terrenos donde sí pueda hacerse y dejen tranquilos los protegidos".

Quizás para evitar dudas a corto y medio plazo, Alfredo Bea García ya recalcaba en el mismo comentario que su postura "está clara, y mientras no existan realidades, sino elucubraciones mentales, sigo a otra cosa".

Lo que quería decir, e insistía en ello, es que un campo de 18 hoyos puede tener cabida en la península grovense, pero "no en una zona protegida por la Red Natura". Por eso considera que "tan cansinos son los promotores del golf como los que se oponen, ya que en la ladera del istmo de A Lanzada, con las leyes europeas de protección de la naturaleza y la ley que se trata en el Parlamento gallego sobre las zonas pertenecientes a la Red Natura 2000, es imposible hacer un campo de golf", y decir lo contrario son "ganas de marear la perdiz".

Sea como fuere, y dado que los detractores del campo de golf están dispuestos a recoger más firmas en su contra e incluso organizar movilizaciones, Alfredo Bea García ya pone la venda antes de la herida y aclara que "en caso de que los ciudadanos tengan que movilizarse será en la Xunta, que es quien tiene la competencia sobre ese tipo de terrenos, catalogados como suelo rústico".