Un incendio declarado poco antes de las siete y media de la mañana de ayer calcinó por completo un edificio residencial de tres plantas abandonado y ruinoso, situado en el centro de Vilagarcía, justo al lado de la playa de Compostela y el antiguo balneario. Las llamas obligaron a cortar durante tres horas el tráfico en la PO-548, la vía que une el concello arousano con Carril.

Se trata de un inmueble con paredes de piedra y pisos de madera habitualmente utilizado por okupas, y se desconoce si había alguno dentro en el momento del incendio. Parece que dos o tres de los "inquilinos fijos" del ruinoso edificio fueron vistos por la policía a lo largo del día en la ciudad, pero no se sabe si había alguno más dentro.

La existencia de okupas en esa casa hizo preciso extremar los controles una vez extinguidas las llamas. Los integrantes del Servicio Municipal de Emergencias de Vilagarcía, Bombeiros do Salnés y Policía Nacional rebuscaron entre los escombros por si había personas heridas o muertas entre los mismos.

Casi siete horas después de que se pusiera en marcha el operativo se concluyó que, aparentemente, entre las cenizas y la gran cantidad de basura y piedras amontonadas no había indicio alguno a este respecto, por lo que, inicialmente, se dijo que el suceso se saldó sin heridos, aunque con mucha cautela.

Y es que resulta imposible asegurarlo con contundencia hasta que el inmueble -que se cae a pedazos- sea vaciado, ya que a causa de la cantidad de madera, ceniza y restos acumulados aún cabría la posibilidad de que pudiera haber víctimas enterradas en esos escombros.

En la agrupación de Protección Civil y Bombeiros do Salnés indicaron que "no es sencillo buscar entre tanto escombro, y además cada vez que entramos se derrumba un trozo de estructura, por lo que es difícil saber qué provocó el fuego y qué hay en medio de esos restos hasta que se vacíen por completo".

Sobre las dos de la tarde, cuando aún quedaban retenciones en la carretera comarcal PO-548, que permaneció cerrada al tráfico las tres primeras horas, los servicios de emergencias advertían de que la situación empezaba a estar controlada, "pero aún seguirá saliendo humo durante un buen tiempo, por lo que acudiremos con frecuencia a vigilar y refrescar la zona; pedimos a la gente que no se alarme".

Atrás quedaba una mañana frenética tratando de controlar las llamas para evitar que se extendieran a los edificios anexos. Los efectivos movilizados actuaron con rapidez entre la intensa humareda que salía del edificio mientras sucumbía al fuego.

Esa rápida maniobra parece haber impedido la propagación de las llamas a otros edificios, tal y como apuntaban los numerosos curiosos que se arremolinaban en la playa para observar de cerca los trabajos de extinción.

Los efectivos antiincendios atacaron las llamas por dos frentes a la vez: desde la carretera comarcal -la que conduce desde el centro de la ciudad a Carril- y desde el paseo marítimo y la arena de la playa.

Protección Civil -que desplegó a 9 miembros- tuvo que estrenar un camión nodriza con capacidad para 10.000 litros que está aún pendiente de presentación. Se sumó a un camión escalera y un vehículo de primera intervención. Bombeiros do Salnés, por su parte, movilizó otros 4 vehículos -conectó uno de ellos al hidrante de una antigua fábrica situada frente al inmueble quemado-, y por momentos llegaron a coincidir sobre el terreno 14 efectivos, desplazados desde las bases de Ribadumia y Vilagarcía. También participaron varios agentes policiales.