Los bateeiros alertan de un goteo incesante de robos en sus parques de cultivo flotantes. Como ocurre cada cierto tiempo, alguien se dedica a hurtar cuerdas, tanto cargadas con mejillón de talla comercial -o a punto de alcanzarla- como de mejilla (semilla) ya preparada para iniciar el ciclo de cultivo.

En los últimos días se han registrado nuevos robos en Arousa, pero esta problemática es extensiva a otras rías, y uno de los grandes problemas que se plantean es que no siempre se denuncian estos robos, como bien sabe el sector.

Los que si lo hacen hablan de pérdidas muy importantes, tanto que a veces "pueden llegar a arruinar a una familia", y de una situación "altamente preocupante", ya que "a las pérdidas sufridas por los temporales de invierno hay que añadir la escasez de mejilla en el litoral".

"Y aún por encima, ahora no podemos dormir tranquilos -argumentan los mejilloneros-, porque al llegar a la batea una mañana cualquiera podemos encontrarnos con que nos han robado cientos de cuerdas y nos han arruinado el año".

Entre quienes así se pronuncian están algunos de los bateeiros afectados por los robos, que no dudan en indicar que "el día menos pensado ocurrirá alguna desgracia, porque si el dueño de una batea sorprende a alguien robándole las cuerdas lo más probable es que tenga una reacción contundente".

Otros alegan que no denuncian los hechos "porque no sirve de nada", y unos pocos explican que "hay bateeiros que tras localizar al autor de los robos lo que hacen es cobrarles el mejillón, como si no pasara nada, y los ladrones quedan impunes, dispuestos a hacer lo mismo en otros parques".

De entre los denunciantes puede citarse a un vecino de O Grove llamado Raúl M.O., que hace días pasó por el cuartel de la Guardia Civil de su localidad para dar cuenta de un robo sufrido en una batea fondeada en el polígono Cambados D.

62 cuerdas de 11 metros

En este caso cifran las pérdidas en unos 6.000 euros, ya que las cuerdas sustraídas estaban cargadas de mejillón comercial.

Se trata, consta en la denuncia, de "27 cuerdas de once metros cada una" que fueron robadas el día 31 -o al menos ahí fue cuando se dio cuenta de lo sucedido-, y de otras 35 cuerdas desaparecidas antes del pasado día 2.

"Fueron en total 62 cuerdas cargada de mejillón listo para ser vendido, y quedarme sin ellas me supone un serio perjuicio y hace que tenga que empezar otra vez desde cero", lamenta un indignado Raúl M.O..

El suyo, como queda dicho, no es el único caso, ni mucho menos. "A veces, aunque estas prácticas ya no se producen desde hace algún tiempo, hay personas que se dedican a hacer daño a los demás y acuden a las bateas ajenas para cortarles las cuerdas y tirarlas al fondo de la ría -relatan los productores consultados-; en otras ocasiones, como vuelve a ocurrir últimamente, hay personas que se ayudan de barcos bateeiros e incluso de lanchas para robar las cuerdas y llevárselas a sus bateas o puede que incluso venderlas a terceros, en el primer caso cargándola a bordo con ayuda de la grúa de los propios barcos y en el segundo, remolcándolas hasta dónde sea necesario".

Más vigilancia

La preocupación es evidente en el seno del sector, que tras unos meses especialmente duros a causa de los temporales de invierno ahora afronta un nuevo episodio tóxico, que ha empezado a adentrarse en la ría de Pontevedra y que con el paso de los días, a buen seguro, afectará a las demás.

Por eso entre los dirigentes bateeiros consultados reclaman una mayor vigilancia por parte de Gardacostas de Galicia y la Guardia Civil del Mar, "para que se hagan cumplir escrupulosamente los horarios de trabajo y garantizar que nadie salga a la batea de noche".

Reconocen que "en una ría como la de Arousa -con 2.200 de las 3.300 bateas gallegas- es muy difícil controlarlo todo, pero algo habrá que hacer, y quizás deban poner en marcha aquel sistema del que hablaron en la Xunta hace unos meses consistente en instalar localizadores a bordo de los barcos".

Otra respuesta a esta demanda puede encontrarse en el nuevo plan de vigilancia de la Xunta de Galicia; un programa piloto ideado para controlar tanto a personas como embarcaciones que se encuentren en las propias bateas y bancos marisqueros que incluso permite, si un juez lo considerara necesario, identificar a los autores de hechos que puedan considerarse delictivos, como el robo de cuerdas, o infracciones administrativas como las acciones propias del furtivismo.

Se trata de "Videoguard", que se presentó en Vilagarcía hace un par de meses y va a probarse en la ría de Arousa durante el segundo semestre del año.

Cabe recordar que "Videoguard", cuyo sistema de videovigilancia tiene un alcance de hasta 10 kilómetros, graba imágenes, analiza la información obtenida con las filmaciones y, en caso de que detecte una posible infracción, emite las alertas o alarmas necesarias, que son recibidas en tiempo real tanto en el centro de control como en los dispositivos móviles conectados.

En la Consellería do Mar explicaron en aquella presentación que gracias a "Videoguard" en caso de detectarse una posible práctica furtiva, o incluso la actividad irregular o sospechosa de barcos bateeiros, los efectivos Gardacostas de Galicia, Policía Autonómica o Guardia Civil de Mar podrán desplazarse de inmediato al lugar de los hechos.