Una firma meañesa es la segunda arousana en sumarse a la explotación del agua de mar con vistas a su utilización en campos ligados a la gastronomía y a la salud. Se trata de "Sietemares", una empresa afincada en Dena, que se comenzó a forjar hace dos años pero que lleva apenas cuatro meses operativa como tal. Se suma así al campo abierto por "Auga Mareira" el pasado año en la Illa de Arousa.

Un reciente estudio de la Universidad de Santiago de Compostela avala los efectos beneficiosos de agua de mar para la cocina. En el mismo el doctor Julio Seijas Vázquez, catedrático de Química Orgánica en el campus de Lugo, concluye que el agua de mar es recomendable para cocinar "porque mantiene intactos los minerales, muchos de ellos fundamentales para la correcta nutrición de las personas".

En un análisis comparativo entre el agua dulce con sal que habitualmente utilizamos en cocina y el agua de mar, el estudio de la USC, indica que la primera dispone de cloro -en mayor cantidad- y sodio -la sal-, mientras que la segunda, amén de ambos componentes, incluye magnesio, calcio, potasio, selenio y hierro, así como pequeñas cantidades de fósforo, yodo o estroncio entre otros minerales. El doctor Seijas Vázquez habla de la importancia de algunos de estos minerales para el organismo humano precisando, por ejemplo, que "el agua de mar es la fuente más rica de yodo" o que el selenio, cuya importancia en la alimentación humana "se ha comprendido en los últimos 20 años", es fundamental como antioxidante y en la modulación del crecimiento, amén de que su ingesta "podría proteger contra el desarrollo del cáncer" si bien precisa que esto último "es un debate abierto".

Entre Sálvora y San Vicente

La firma "Sietemares" centra de momento sus ventas a través de Internet y está presentando su agua marina en diversas ferias de alimentación y de gastronomía. Pero en breve se prevé que podrá encontrarse también el producto en grandes superficies comerciales de las firmas más habituales.

La empresa toma el agua a unos cinco metros de profundidad en un lugar escogido a 400 metros de la costa entre la isla de Sálvora y San Vicente do Mar. Previamente hubo de solicitar a la Dirección Xeral de Costas el pertinente permiso de extracción. A continuación el agua se procesa en las dependencias de una bodega meañesa donde pasa por tres filtros de varias micras, uno de ozono, otro ultravioleta y un tercero de carbón activo, lo que elimina impurezas, la desinfecta y purifica. A continuación se envasa en su sistema denominado "bag in box", esto es una bolsa especial que está dentro de una caja de cartón, lo que la aisla por completo de la luz solar y hace que, a medida que se consume, la bolsa se constriña evitando la formación de aire en su interior. De esta forma llega al mercado en envases de 3, 5 y 20 litros, e incluso para pescaderías en envases especiales de entre 200 y 1.000 litros. De momento la empresa está sirviendo sobre pedido y la creciente demanda hace que estén procesando en torno a 15.000 litros de agua al mes.

El uso de agua marina es mayoritariamente gastronómico por cuanto potencia el sabor de los alimentos cocinados con ella, pero también se valora su aportación dietética dados los minerales que aporta por lo que muchos nutricionistas comienzan a recomendar su uso. Se manejan incluso unas tablas de los porcentajes de agua de mar que se aconseja emplear a la hora de cocinar cada alimento.