Meis tiene desde hoy una nueva centenaria. Carmen Rodiño Oubiña, una vecina de San Martiño cumple cien años, y sus descendientes están invitados a una fiesta que se celebrará el domingo en el domicilio familiar, situado muy cerca de la Aldea Labrega y de la Ruta da Pedra e da Auga.

La vida de Carmen Rodiño no fue sencilla. Era apenas una niña cuando su padre murió en Argentina, a donde había emigrado en busca de un porvenir que no tenía en Galicia, donde quedó su familia.

Se casó muy joven, y tuvo seis hijos, a los que crió con mucho esfuerzo, sin abandonar nunca Galicia, como hicieron algunos vecinos. Carmen Abal Rodiño, su hija más joven, cuenta que "mi madre pasó mucha hambre. Trabajaba por jornal y muchas veces pasaba sin un pedazo de pan para dárnoslo a nosotros".

Como la abuela

Carmen Abal recuerda como su madre decía a menudo que "trabajé muchísimo, y sin tener nada" y que no contaba con llegar a los cien años. "Decía que si duraba tanto como mamá Amalia, que era como llamaba a su abuela, llegaría a los 96. Y cuando los cumplió dijo que a partir de entonces que fuese lo que Dios quisiera". Carmen Rodiño ya no anda, a no ser un poco con ayuda de otras personas, pero está muy ilusionada con su fiesta de cumpleaños, en la que se reunirán muchos de sus familiares. Sus seis hijos le dieron cinco nietas, siete bisnietos y un tataranieto, que ayer estaba con ella en casa.

Carmen Abal apunta que la longevidad de su madre no tiene en principio una explicación genética. "Salvo su abuela, que llegó a los 96, sus demás familiares no vivieron tanto". Varios de ellos pasaron de los 70, pero ninguno, salvo "mamá Amalia", se aproximó a los 100. De ahí que para su familia éste sea un cumpleaños muy especial, no solo por Carmen Rodiño, sino también por la posibilidad de reunir por un día a parientes que no se ven habitualmente "aunque solo sea para comer un churro".