El juicio contra Óscar Manuel Rial Iglesias, "El Pastelero", y José Constante Piñeiro Búa, "Costiñas", presuntos líderes de una de las mayores organizaciones gallegas de narcotraficantes de los últimos años se retoma a partir del lunes en la sección primera de la Audiencia Nacional, en Madrid. El juicio se suspendió en marzo después de que no acudiese a la primera vista José Luis Fernández Tubío, un supuesto narco de Boiro que acusó al "Pastelero" y a "Costiñas" de organizar un cargamento marítimo de 3.500 kilos de cocaína que fue apresado en el Atlántico.

El juicio empieza el lunes y aunque en la lista de procesados hay 24 personas es probable que en el banquillo de los acusados se sienten muchas menos. La docena de marineros venezonalons que iban en el barco con la droga, por ejemplo, tampoco acudieron a la Audiencia Nacional en marzo, y se cree que huyeron a su país.

El juicio se suspendió en marzo por la ausencia de Tubío, que es el principal testigo de cargo, y en cuyas declaraciones se fundamentaba en buena parte el escrito de acusación del fiscal. Si en esta ocasión Tubío tampoco comparece ante la sala se le declarará en rebeldía y el juicio se celebrará igual. Pero aún en el supuesto de que el boirense acuda a la Audiencia Nacional habrá que ver que declara ante el tribunal, puesto que en marzo remitió un acta notarial afirmando que todo lo que había dicho a la policía contra el "Pastelero" eran simples comentarios que había escuchado en la cárcel. Así las cosas, si al final Tubío va al juicio y exculpa al "Pastelero" y "Costiñas", a los que había identificado como líderes de la organización, el Ministerio Público tendrá que fundamentar su acusación en otros datos.

El fiscal pide 14 años de cárcel para Óscar Rial, que es de Vilagarcía, y para José Constante Piñeiro, que es cambadés. También están procesados el propio Tubío -que habría cerrado los flecos de la operación durante un viaje a Venezuela, y que posteriormente fue uno de los marineros que salieron a recoger la droga desde Galicia-, así como el cambadés José Andrés Bóveda Ozores, conocido como "Charly" o "Sandokan", el vilanovés Francisco Padín Fernández, "Fran el Pardillo", los hermanos de A Illa Juan Carlos y Francisco Cañón García y el italiano Marco Fabrizi. El fiscal pide para estos una pena de 11 años de cárcel.

Además del juicio por narcotráfico habrá otro por blanqueo de dinero. En éste los procesados se enfrentan a penas de cuatro años de prisión. Entre los acusados hay varios familiares de los acusados por narcotráfico, y tendrían a su nombre docenas de inmuebles y negocios en Vilagarcía, Cambados, Caldas, Catoira, Pontecesures, Vigo y hasta Oropesa del Mar.

110 millones

El alijo por el que se va a juzgar a los arousanos fue incautado en junio de 2008 a bordo del "San Miguel", un destartalado pesquero que había salido un mes antes de Venezuela. En la embarcación se transportaban unos 3.500 kilos de cocaína, valorados en unos 110 millones de euros.

En el escrito de acusación se dice que la droga iba dirigida a José Constante Piñeiro, un hombre que había trabajado para Sito Miñanco y que tras la detención de éste entró en contacto directo con capos de Colombia y Venezuela. Al parecer, el cambadés y los narcos sudamericanos habían pactado la introducción en España de entre 15 y 20 toneladas de cocaína en 2008, y el alijo del "San Miguel" formaría parte de esa programación.

En un segundo escalafón de la jerarquía estaría "El Pastelero", que según Tubío dijo a la policía -para desdecirse después- se encargaría de contratar a 40 personas para recoger la droga en algún punto de las rías de Vigo o Arousa, para esconderla después en almacenes, naves y domicilios de miembros de la banda. El escrito de acusación sostiene además que "Sandokan" era quien proporcionaría las lanchas neumáticas, que "Fran el Pardillo" sería el encargado de poner a punto los motores, y que los hermanos Cañón y Fabrizi pilotarían las lanchas rápidas.

La operación policial fue dirigida por el Servicio de Vigilancia Aduanera, que sostiene que las cosas le fueron mal a los narcos desde el primer momento. Así, se les estropeó la lancha rápida en la que iban a trasportar la droga desde Sudamérica, teniendo que trasvasarla al viejo y pequeño "San Miguel", y después también se les averiaron los motores de la primera planeadora que salió de Galicia -se cree que de las inmediaciones del puente de Rande-, por lo que tuvo que salir otra lancha.