Los arqueólogos que participan en esta investigación que impulsan el CSIC y la Universidad de Durham son conscientes de la situación en la que se encuentra el islote, donde la degradación, causada especialmente por el efecto de las mareas y la masificación turística ha hecho mucha mella en los últimos años. El director de la parte científica de esta iniciativa, Elías López Romero, reconocía ayer que en la visita que realizaron al islote el pasado miércoles "lo encontramos con una erosión muy activa. Algunos restos megalíticos que hace algunos años se encontraban bien conservados, a día de hoy, se encuentran prácticamente destruidos".

No es el caso de la mámoa que se va a analizar, denominada con el número 4, y que está estabilizada gracias al muro de contención que se instaló en su momento y que ha frenado de forma considerable los efectos que el mar causa en la zona.

Por estos motivos, López Romero entiende que es fundamental "documentar e incluso hacer intervenciones para conocer todo lo que esconde, tanto esta mámoa como el resto del islote, donde sabemos, desde que a finales de los años 80 Manuel Rey dirigiera una serie de excavaciones, la importancia de los restos que existían". El arqueólogo insiste en que esa riqueza arqueológica que existe en el islote, es extensible a toda la comarca de O Salnés, donde existen numerosos yacimientos.

La elección de la mámoa 4 como objeto a identificar no ha sido una casualidad. El tipo de terreno sobre el que se asienta la estructura megalítica hace pensar que pueda contar con numerosos restos que ayuden a descubrir detalles de la vida en el Neolítico. "Se encuentra en un contexto de duna, rodeada de arena que puede preservar huesos y restos orgánicos, elementos muy difíciles de encontrar en otros yacimientos de Galicia por la acidez que existe en el suelo, que acaba eliminándolos", explica López Romero.

Con este trabajo, explica el investigador, se pretende continuar la línea de investigación sobre la vulnerabilidad del patrimonio litoral desarrollada en los últimos años desde el Instituto de Ciencias Patrimoniales (Incipit), del que López Romero fue miembro en su día. Para ello va a ser fundamental la experiencia adquirida en proyectos como el que se desarrolló bajo el epígrafe "Procesos de formación y cambio del paisaje cultural del Parque Nacional Illas Atlánticas", una iniciativa que fue dirigida por Cristina Sánchez Carretero y que "nos permite evaluar en su justa medida la situación extremadamente frágil del patrimonio litoral de Galicia".

El ejemplo existente es Areoso, donde López Romero es consciente de los hallazgos realizados el pasado verano, cuando un grupo de aficionados a la arqueología alertó de la situación en la que se encuentra un yacimiento de huesos que escondía el paleosuelo. "Es muy interesante y sería una buena noticia que se realizase una intervención urgente para localizar esos huesos y la cerámica, que en otros puntos de Galicia sería algo impensable debido a la acidez del suelo", explica. Esa posibilidad puede estar cerca, ya que los arqueólogos de Patrimonio pueden acercarse a Areoso en los próximos meses.