El Pazo de Rubiáns tiene una bodega que data de finales del siglo XV. En ella se produjo vino durante cinco siglos, una actividad a la que se puso fin en la década de los setenta. Después de más de treinta años, el pazo quiere recuperar la elaboración de caldos dentro de la finca. Para ello, se está acondicionando la bodega. Así lo confirma su ingeniero agrónomo, Guillermo Hermo.

En agosto del año pasado el pazo vendió la bodega de la que era socio, ubicada en O Rosal. Allí el Pazo de Rubiáns producía dos marcas: Pazo de Rubiáns y García Caamaño, dos blancos Albariños.

Desde que se deshizo de esa bodega en el sur gallego, durante estos nueve meses ha utilizado una bodega de alquiler para elaborar la cosecha de 2012. El caldo se vende desde la finca, sin ningún tipo de intermediario. Se dispensa directamente al consumir. "Se trata de un vino de autor, de tirada corta y la idea es seguir en esa línea", afirma Guillermo Hermo en alusión a los planes de recuperar la producción vinícola en la bodega del Pazo de Rubiáns. Trabajan con el horizonte de comercializar 40.000 botellas anuales, aunque ahora computan en torno a 25.000.

Otra de las novedades que próximamente tendrá lugar en el pazo es que sus caldos cruzarán el charco para estrenarse en el mundo de las exportaciones. "Estamos con contactos, y a punto de cerrar el primer acuerdo estable", revela el ingeniero agrónomo del pazo vilagarciano, que comenzará a exportar a Estados Unidos, convirtiéndose así en el primer país al que llega el vino elaborado a base de la uva cultivada en los jardines de Rubiáns.