El Concello de O Grove ha decidido abrir una investigación interna para saber quién y bajo qué condiciones ordenó pagar tres facturas por importe total de casi 105.000 euros como contrapartida por unos trabajos de carácter informático tendentes a prestar un servicio "que no aparece por ninguna parte".

Ocurrió en el anterior mandato, siendo alcalde el socialista José Antonio Cacabelos Rico, al que FARO ha intentado localizar para conocer su opinión sobre lo sucedido. Pero no fue posible, pues el exalcalde se mantiene desde hace tiempo un nulo contacto con la prensa.

Así pues, de momento hay que quedarse con las explicaciones ofrecidas por el concejal conservador delegado de Nuevas Tecnologías, Alexandre Aguín, quien no solo anuncia la apertura de una investigación, sino que asegura que "se llegará hasta las últimas consecuencias para esclarecer todo lo sucedido y depurar responsabilidades".

Se trata, sostiene Aguín, de facturas que estaban "perdidas" y para las cuales "no hay expediente alguno". Son tres pagos que, según dice, "se abonaron en el anterior mandato, y a pesar de que por la cantidad de dinero de que se trata era necesario convocar un concurso público para la adjudicación de la prestación del servicio, resulta que tampoco hay constancia de ese concurso".

Alexandre Aguín Castro dice haber ordenado la revisión inmediata de todos los documentos que pueden tener relación con la empresa a la que se hicieron esos pagos.

"Tenemos que bucear en los archivos para ver qué ha sucedido y determinar si todo obedece a un tremendo error o si, por el contrario, se trata de otras causas más graves, pues de lo que no cabe duda es de que los desembolsos efectuados son muy importantes, a pesar de que los servicios supuestamente prestados que dieron lugar a las facturas eran de carácter informático".

El concejal conservador profundiza un poco más en los detalles de las facturas para decir que con fecha del 4 de diciembre de 2007 aparece un recibo por importe de 5.600 euros, ligado a unos trabajos vinculados con la implantación de un programa informático.

Lo más curioso de todo es que un año después, concretamente el 1 de diciembre de 2008, hay otro pago por valor de 50.500 euros, y ese mismo día aparece anotado un segundo desembolso, éste de 48.800 euros, a favor de la misma empresa y por conceptos similares.

"Hemos detectado que hay cosas muy raras que es preciso estudiar detenidamente -continúa Alexandre Aguín-, máxime cuando el dinero desembolsado se destinó a pagar un servicio cuya existencia nadie conocía, y de hecho es una actuación que estamos impulsando en la actualidad desde el gobierno tripartito, lo cual demuestra claramente que no existía".

Termina diciendo que "los precios que se manejan por la prestación del servicio informático pagado con esas tres facturas -que suman casi 105.000 euros- son desmesurados, sobre todo en comparación con otras tarifas y el tipo de servicio que supuestamente se prestó, por eso no entendemos qué ha hecho con estas facturas el anterior alcalde".

Para empezar a salir de dudas, Aguín ya contactó con la empresa que se benefició del pago de dichas facturas, a la que pide que explique a qué tipo de trabajos se deben y cómo se formalizó el contrato".