La pastelería que se inaugura el lunes en el mismo local que ocupaba la emblemática Ankarr va a estar regentada por vecinos del barrio vilagarciano de A Torre. Y lo mismo sucede con el café pub ORB, que se inauguraba anoche en la plaza de O Castro. Además, la tienda de ropa infantil "El Baúl de Andrea" abrió sus puertas en marzo con una vecina también de A Torre a la cabeza, Diana Costa.

Ni que decir tiene que se trata de una coincidencia que muchos presentan como una "invasión pacífica" de la ciudad, o al menos como una búsqueda de oportunidades y una forma de mirar al futuro por parte de los jóvenes.

En el caso de Diana Costa, después de trabajar doce años en una tienda de decoración acabó en el paro, y en lugar de rendirse decidió arriesgar.

Como se explicó entonces, otra vilagarciana, Susana Moreiras, decidió abrir un comercio de artículos de regalo llamado "Morriña Retro".

El presidente del Consorcio de Comercio do Salnés indicaba que la crisis, el paro y la necesidad de buscar una luz al final del túnel habían llevado a numerosos arousanos a probar suerte y convertirse en trabajadores por cuenta propia.

Cuando se busca a jóvenes emprendedores dispuestos a montar su propio negocio o ampliar el existente pueden encontrarse ejemplos en toda la comarca. Hace unos días, sin ir más lejos, Lorena Moldes daba un paso decisivo en su carrera como chef. La subcampeona gallega de cocina en 2011 llevaba tiempo al frente del restaurante La Tapería, en O Grove, y ahora compatibiliza esa labor con la de gerente y máxima responsable de la cocina de un nuevo proyecto, el restaurante Pan de Millo.

El suyo, como queda dicho, es un ejemplo más del ímpetu y atrevimiento que muestran algunos jóvenes -y otros que no lo son tanto- empeñados en "salir adelante" a pesar de la crisis.

Lo mismo puede decirse, sin salir de O Grove, de aquellos que amplían la actividad de sus establecimientos y tratan de captar clientes día tras día, a veces con innumerables esfuerzos y sacrificios.

Formación y asesoramiento

Dicho esto, no está de más insistir en lo importante que resultan la formación y actividades como las que habitualmente proponen las Administraciones públicas para, precisamente, dar salida a las ideas y proyectos de los jóvenes emprendedores.