La familia Rey, propietaria del solar y de las naves de la antigua Megasa, ha solicitado permiso al Ayuntamiento de Vilagarcía para proceder al acondicionamiento de la parcela. Los Rey pretenden, entre otras cosas, derribar parte de las naves que integran el complejo industrial, así como un tramo del cierre perimetral. Esto permitiría el ensanche de la acera que pasa por delante de la histórica fábrica, así como la apertura de un nuevo vial en el barrio de As Carolinas.

La solicitud ha llegado a la gerencia municipal de Urbanismo, y aunque por el momento no se conoce oficialmente el destino que la familia Rey quiere dar a la parcela parece ser que una de las posibilidades que se maneja con más fuerza es la de albergar un negocio comercial de grandes dimensiones. Esto es así porque la finca está catalogada como de uso industrial y, si esto no se cambia, no podría albergar viviendas ni zonas verdes, que son dos de las finalidades de las que se habló en su día.

Según la documentación que los propietarios entregaron en Ravella, se tirarían los añadidos industriales que se hicieron en su día y que en la actualidad no podían ser legalizables según la normativa medioambiental, mientras que se respetaría el cuerpo central de la fábrica, de unos 9.000 metros cuadrados. El proyecto permitiría además la creación de hasta 300 plazas de aparcamiento, así como un redimensionamiento público de todo el entorno.

Los Rey levantaron Metalgráfica Gallega a mediados del siglo pasado. La empresa, también muy conocida en la zona como Metalsa, se convirtió con los años en una de las principales suministradoras de envases metálicos para el sector de la alimentación, siendo las conserveras gallegas uno de sus principales clientes.

Cuando se construyó Megasa, el de As Carolinas era un barrio apenas habitado. Pero con el tiempo, buena parte del desarrollo urbano de la ciudad se dirigió hacia esa zona, y empezaron a surgir los conflictos entre la actividad industrial y los vecinos. Éstos no se oponían a la fábrica, que daba trabajo directo a más de un centenar de personas, pero pedían que se trasladase a un polígono o que se adaptase a la legalidad vigente.

En esa situación se estaba cuando a finales de la década pasada la familia Rey decidió vender Megasa a Impress, una multinacional holandesa dedicada también a los envases metálicos que ya tenía una nave en Meis, en la carretera de Vilagarcía a Pontevedra. Y un par de años después, otra multinacional, la irlandesa Ardagh absorbió Impress.

La antigua Megasa siguió funcionando unos años más en Vilagarcía, y aunque sus nuevos dueños dijeron que estaban estudiando otras posibilidades -incluido el traslado a O Pousadoiro- finalmente optaron por concentrar en Meis sus dos factorías.

Hace meses que este traslado se hizo efectivo y que en Megasa no hay actividad industrial. Pero los Rey siguieron siendo propietarios de la extensa finca y de las instalaciones, por lo que ahora están pensando en el futuro de la parcela.