Amparo Llanos y su hermanísima Cristina (guitarra y voz y guitarra respectivamente) llevan sobre los escenarios más de dos décadas con su grupo, Dover. Y como si nada. Este sábado visitan una vez más Arousa para participar en el Festival Do Norte, en donde ejercen de veteranos sin ningún complejo. Además, estrenan en un gran espacio su última gira, "Devil came to me", que rescata algunos de sus temas más celebrados.

-Ya han actuado en alguna ocasión en O Salnés, la última hace dos años en Cambados, ¿han tenido tiempo de hacer turismo por la zona?

-La verdad es que no. Cuando vamos a tocar no tenemos mucho tiempo, pero cuando tenemos un fin de semana algo más libre lo aprovechamos para visitar sitios. Pudimos hacerlo en Tui durante una gira, por ejemplo.

-Recientemente han empezado la nueva gira, "Devil came to me" ¿Es una vuelta a los orígenes?

-Se nos dió por hacernos un homenaje en un doble sentido, por recuperar viejos temas y porque pensamos, esto va a ser muy divertido, y lo está siendo. Hemos terminado la gira en salas hace unos días y empezamos a actuar en grandes escenarios precisamente en Vilagarcía.

-¿Recuerdan su primera visita a Arousa?

-Sí. Actuamos en un festival en A Illa en 1997. "Devil came to me" llevaba 20 días en la calle. No recuerdo mucho de aquel día, solo que tocamos junto a Hamlet y que cuando salimos al escenario hacía mucho frío y humedad porque actuamos bastante tarde. Aquellos eran conciertos muy especiales, como todo lo que pasó después.

-¿Siente haber dejado a algunos fans huérfanos por el camino por haber cambiado radicalmente su registro?

-No. Es imposible gustar a todo el mundo. Con discos como "Follow the city lights" hubo mucha gente joven que nos descubrió, que no conocía nuestros trabajos anteriores. A otros solo les gusta el rock y cuando empezamos a tocar otra cosa ya no nos siguieron. Es tan lícito por su parte como por la nuestra.

-¿Consideran un retroceso el resultado de su último disco, "I ka kené"?

-De ventas seguro que sí, de lo demás no. Nos volcamos creativamente en él y estamos muy orgullosos del resultado. Intentar evolucionar con tu música y ser creativo nunca está mal, ¿no?

-¿Puede adelantar ya algo de su próximo trabajo?

-Todavía es pronto. El otro día se me ocurrió un estribillo y estoy muy contenta. Pero ni siquiera sé si saldrá en el disco.

-Algunos dicen que ustedes nunca han sido "indies", otros que antes lo eran, pero ahora ya no. ¿En qué estamos?

-Eso mejor que lo valoren los demás. Llevamos muchos años oyendo cosas de nosotros y ya todo nos da igual.

-Parece mentira, pero ahora les toca ser los veteranos del Festival Do Norte.

-Pues no noto ninguna diferencia con cuando empezamos. El tiempo te da tablas, te sientes más tranquila al actuar. Pero al final tienes días mejores y peores igualmente. ¡La verdad es que los Dover estamos hechos unos pimpollos! Hemos tenido la suerte de hacer muchas cosas diferentes y nos sentimos en forma.

-Ahora quizás no tanto, pero cuando empezó, eso de que una mujer no fuera la cantante del grupo debió ser algo extraño. ¿Notó que la miraban raro?

-Sigue pasando que hay pocas mujeres músico de grupos. Los guitarristas son el 90% hombres todavía. Es algo que me ha dado siempre absolutamente igual. Tocar es algo que se me da bien de manera natural, tengo mi estilo personal y lo que piensen los demás me es indiferente.

-¿Está tan complicada como parece la situación de la industria musical?

-Hace cuatro años ya se hablaba de situación delicada. Ahora todo está igual. No viene a cuento quejarse con el momento malísimo que está pasando España. Hay que echarle imaginación y ganas. Debemos intentar no agobiarnos por el futuro y disfrutar del día a día.