Acudieron decenas de alumnos de centros de toda Galicia para esculpir sobre la arena los motivos que más les inspiraron durante el curso en sus clases sobre historia del arte.

Pero el trabajo está dirigido por los profesores de artes plásticas que han querido poner en práctica los conocimientos adquiridos tanto de diseño como de proporciones o volúmenes.

Estuvieron durante toda la mañana en la la playa de A Lanzada y en esta ocasión, Las Meninas, La Gioconda, personajes o construcciones de épocas clásicas romanas o egipcias han cubierto de arte el mayor arenal de las Rías Baixas.

Ayer ya pusieron las bases del certamen del próximo año que versará sobre arquitectura o personajes de películas de animación de las dos últimas décadas, aunque también se valoró repetir la experiencia del pasado año cuando las figuras se referían a animales mitológicos.

Acudieron estudiantes de los institutos de Mondariz (70 alumnos); Santa Lucía de Moraña (25 alumnos); IES de Poio (19 alumnos), del IES Rafael Puga Ramón de A Coruña (19 alumnos); del CPI Manuel Padín Truiteiro de Arcade-Soutomaior (49 alumnos); Francisco Asorey de Cambados (6 alumnos) y del propio Monte da Vila.

La actividad comenzó a las diez de la mañana tras la formación de los distintos grupos de estudiantes y la asignación de la obra a realizar.

El día estuvo nublado pero la temperatura era justo la idónea para realizar esta actividad. Así que, con cubos, palas, rastrillos, escobas y capachos, se pusieron manos a la obra de modo que al mediodía ya se habían terminado gran parte de las composiciones escultóricas.

Algunas de ellas tenían tan buen acabado que fueron fotografiadas para la posteridad. La imagen de Las Meninas de Velázquez recibió más de una felicitación por parte de los profesores asistentes así como otros trabajos como el faraón que quedró grabado sobre la arena.

Pero además de una clase muy didáctica, los alumnos gallegos tuvieron ocasión de disfrutar de una jornada de auténtica convivencia escolar, en la que han podido compartir experiencias y sobre todo hacer contactos con gentes de su edad de otros puntos de la geografía.

Los profesores recordaron el éxito del pasado año cuando los alumnos elaboraron mostruos y dragones mitológicos que recibieron múltiples felicitaciones tanto del público como de las autoridades académicas.

La actividad, aunque en principio no tenía riesgo, fue supervisada desde la caseta de vigilancia por socorristas y miembros de Protección Civil quienes también disfrutaron de la evolución de los trabajos que quedaron serigrafiados sobre la arena de A Lanzada.

Este tipo de actividades experimentales suelen tener una enorme aceptación en los centros educativos, pues además del aprendizaje que supone abandonan la rutina escolar.

Las obras que han realizado son efímeras en el sentido de que pronto desaparecerá toda huella del trabajo manual realizado pero seguro va a quedar impreso en sus mentes el resto de sus vidas.