El sector bateeiro aprovecha la reducción de los niveles de biotoxinas en las rías para hacer que el mejillón gallego vuelva a venderse en Francia, y de hecho puede decirse que ya está en sus depuradoras y mercados.

Entre el domingo y ayer se cargaron importantes cantidades de molusco en los muelles, tanto en la ría de Vigo como en la de Arousa, enviando el producto en camiones frigoríficos directamente al país vecino, sin escalas. Y es que se trata de mejillón que, como es habitual, se manda sin depurar, para que sean los franceses los que lo depuren en su país.

Hay que incidir en que se envía, sobre todo, el mejillón conocido como "lacasito", es decir, un producto de pequeño tamaño en concha pero "muy lleno", con buena vianda.

"Es el mejillón que más demandan los franceses porque se parece mucho al suyo, y de hecho, en ocasiones incluso lo identifican como si fuera francés", explican dirigentes del sector bateeiro gallego.

También aclaran que, por su pequeño tamaño, y aunque esté muy bien de rendimiento en vianda, apenas tiene salida en el mercado nacional, hasta tal punto que en muchas zonas de cultivo se utiliza al "lacasito" como mejillón de "desdoble", lo cual es tanto como decir que cuando empieza a ganar peso se redistribuye en varias cuerdas de las colgadas en los viveros flotantes para que siga creciendo.

Paralelamente a esa descarga de "lacasitos" con destino a Francia, hay que destacar que desde hace días -aprovechando la lenta pero progresiva reapertura de bateas- también se saca mejillón para el mercado de fresco gallego y nacional.

En estos casos se envía a las depuradoras de Galicia y otros puntos de España, que se ocupan de tratar al molusco antes de ponerlo en la mesa de los restaurantes o los mostradores de los supermercados, plazas de abastos y pescaderías.

De este modo el sector trata de volver a la normalidad, después de que los franceses protagonizaran un nuevo enfrentamiento tras denunciar la existencia de una veintena de intoxicaciones que achacaron inicialmente a mejillón gallego contaminado por biotoxinas marinas, o lo que es lo mismo, afectado por lo que se conoce como marea roja. Más tarde los franceses rectificaron y cambiaron la alerta sanitaria internacional, para decir que el molusco consumido en sus restaurantes y causante de las diarreas, estaba afectado por un patógeno; un virus o una bacteria que nada tendría que ver con las biotoxinas.

Ahora parece que hay documentos enviados a la Xunta para explicar lo sucedido en los cuales los franceses vuelven a hablar de biotoxinas. Pero no deja de ser una vuelta de tuerca más a una serie de acusaciones que casi nadie se cree ya, sobre todo porque Francia no ha podido demostrar ni siquiera que el mejillón causante de las supuestas diarreas fuera gallego, y en cualquier caso se consumió tras ser tratado en depuradoras francesas, por lo que serían ellos los responsables directos.

Pero dejando al margen estas acusaciones de los galos, lo positivo es que la prohibición de importar mejillón gallego fue levantada el 30 de abril, coincidiendo con la remisión de las biotoxinas. Y puede decirse que desde entonces se envía ya con regularidad, e incluso en cantidades importantes, según confirmaron ayer los productores, quienes piden a los franceses "que nos traten con más respeto".