Después de todo el maremágnum generado, queda hacer repaso del resultado del evento. Por una parte, la gala triunfó como acto solidario con el que se pretendía recaudar fondos para la Asociación Española Contra el Cáncer.

Dada la espectacular afluencia de gente y los precios de entre cinco y siete euros por entrada, las cuentas dan un beneficio solo en este campo de más de 125.000 euros.

A esta cantidad hay que sumar el gran número de bebidas y aperitivos vendidos durante la noche y el merchandising que Panorama pondrá a la venta en fechas próximas, tanto camisetas conmemorativas como cedés recopilatorios de sus directos (a partir de finales de junio).

El otro aspecto es el de las secuelas en el espacio del evento, el recinto de Fexdega y sus alrededores. La zona del concierto parecía, tras su conclusión, un campo de guerra que en realidad eran restos de bolsas de plástico, vasos y botellas.

También hubo un par de sustos, como un niño extraviado durante el espectáculo o varias intervenciones de los servicios de emergencias por asuntos menores.

Durante toda la noche la zona de Cornazo de Abaixo, A Laxe y As Bocas estaba repleta de coches aparcados en unas calles habitualmente despobladas, pero que el viernes por la noche se llenaron de jóvenes que disfrutaban de los últimos minutos de una fiesta que, en la mayor parte de los casos, colmó con creces sus expectativas.