Llovió copiosamente durante los meses de otoño e invierno, la ausencia de frío suficiente no ayuda a las plantas de hoja caduca y la brotación se ha retrasado y es muy desigual, incluso dentro de una misma finca. Pero a pesar de todo en el sector vitivinicultor existe tranquilidad absoluta, y aunque es demasiado pronto para hacer predicciones, todo apunta a que la de 2013 no será una cosecha exageradamente buena, como hace un par de años, ni tampoco de las consideradas pésimas, sino que se espera una producción "normal".

Va a depender de cuanto acontezca entre este mes y el que viene, cuando las adversidades meteorológicas pueden propiciar plagas que, en esta época sí, son capaces de causar estragos en el viñedo, pues se encuentra en pleno proceso de brotación y floración.

La conclusión que puede extraerse, por tanto, es que lo sucedido hasta ahora, por muy copiosa que fuera la lluvia, pasa a ocupar un segundo plano y queda olvidado. Lo importante de verdad está por venir, y es a partir de ahora cuando el viñedo juega el partido decisivo, el mismo que decidirá si la cosecha es exitosa o no cuando se realice la vendimia entre los meses de septiembre y octubre, dependiendo de cómo se presente el verano y lo sofocante que pueda llegar a ser.

A la espera de acontecimientos, FARO quiso pulsar la opinión de viticultores, enólogos, ingenieros de campo y bodegueros. Todos opinan lo mismo y se muestran tranquilos y confiados. Aseguran que, si bien es cierto que aparecieron ya las primeras manchas de mildiu, el viñedo se encuentra en perfectas condiciones. Incluso apuntan a inviernos anteriores mucho más duros y lluviosos, a los que siguieron campañas francamente productivas y abundantes.

Desde la Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA), dependiente de la Diputación de Pontevedra, se posiciona Rosa Pérez, una ingeniera de campo responsable del laboratorio de artrópodos y encargada de emprender acciones vitales para el viñedo como la lucha biológica

Es ella quien confirma que "las lluvias que han caído en todo el otoño y el invierno no se están viendo reflejadas de manera especialmente grave en la situación del viñedo en cuanto a evolución del mildiu u otras enfermedades".

Sabe que, efectivamente, aparecieron las primeras manchas de aceite el 25 de abril, pero también es consciente de que se aplicaron ya los tratamientos necesarios para combatir la enfermedad. "Y la revisión de los viñedos que hicimos el jueves nos permitió comprobar que está todo muy controlado", explica Rosa Pérez.

También es ella, coincidiendo con la apreciación de diferentes enólogos de bodega, quien declara que "el único problema es que en algunas fincas hemos visto que si bien están protegidas por un tratamiento antimildiu, están apareciendo nuevas manchas, pero insisto en que de forma muy poco importante y sin que exista motivo de preocupación".

La propia Rosa Pérez constata que en los últimos días resultó beneficioso el hecho de que bajaran las temperaturas, ya que esta circunstancia frena el avance del patógeno.

Sin embargo, las previsiones meteorológicas para los próximos días hablan de un posible aumento de las temperaturas nocturnas y de la llegada de algunas lluvias. Si esto es así lo más probable es que sigan apareciendo manchas de mildiu, "pero debemos insistir en que sin motivo para alarmarse", termina la técnica de la EFA.

Y como ella piensan, hay que insistir, viticultores y bodegueros. Isidoro Serantes, gerente de Bouza do Rei, coincide al apuntar que "el viñedo está bien y afrontamos un momento decisivo para lo que puede ser una cosecha aceptable".

En cualquier caso, "hay que esperar a ver cómo evolucionan los acontecimientos a partir de ahora, durante la floración".

Desde su bodega de Ribadumia, Isidoro Serantes concluye que tantas semanas de lluvia "no afectaron, y en nuestro caso vemos que las plantas están brotando muy bien; todo va a decidirse entre este mes y el que viene".