Los vecinos de Rubiáns se despertaron ayer con una imagen para nada habitual en la parroquia. Un eucalipto de entre 62 y 64 metros de altura y tres metros y medio de diámetro, ubicado dentro del pazo de Rubiáns junto al muro perimetral de la finca, se desprendió de raíz y cayó sobre el tendido eléctrico y de telefonía, provocando que seis casas del entorno se quedasen sin luz. Precisamente fue uno de los vecinos afectados el que avisó de lo sucedido sobre las seis y media de la mañana. A las diez todos habían recuperado el suministro. En cuanto a las comunicaciones telefónicas, no se vieron interrumpidas.

Además de afectar al abastecimiento eléctrico, la caída del árbol cortó al tráfico el vial público por donde se entra al pazo puesto que el ejemplar atravesó toda la carretera, ocupando la finca que se encuentra al otro lado de la calle e incluso alcanzando las antiguas vías del tren.

Durante toda la mañana el lugar registró un trasiego de curiosos que quisieron ver, y en algunos casos también fotografiar, un árbol derribado de semejante tamaño. Es el quinto de mayor porte del pazo de Rubiáns, y teniendo en cuenta que estos jardines albergan el eucalipto de mayor tamaño de toda Europa (de 14,50 metros de perímetro y 63 metros de altura), podría decirse que el ejemplar desplomado se sitúe entre los de mayores dimensiones del continente, según se desprende de las explicaciones del ingeniero agrónomo del pazo, Guillermo Hermo.

También es uno de los más antiguos, con unos 150 o 160 años de vida, y está catalogado por Patrimonio como "árbol monumental". Precisamente su longevidad es la causa de que no se encontrase en perfecto estado. "Tampoco estaba en mal estado. Realizamos tareas de prevención y mantenimiento con todos los árboles. Hacemos análisis del suelo y del material del propio ejemplar. El deterioro se debe a su antigüedad", explica Guillermo Hermo, quien recuerda que en los dieciséis años que lleva trabajando en el Pazo de Rubiáns solo se produjo una caída más de un árbol, en aquella ocasión de un roble americano.

Pese al desgaste por su longevidad, el eucalipto no estaba seco ni aparentemente ofrecía un mal aspecto. Eso sí, las raíces de varios ejemplares han ocasionado daños en el muro que rodea la finca, puesto que lo han abombado.

El ingeniero agrónomo del pazo apunta a una fuerte ráfaga de viento del norte de madrugada como la causa más probable del desprendimiento. "Debió de quebrar el árbol con algún tipo de remolino", apunta.

Durante la mañana el pazo permitió a los conductores usar sus instalaciones como vial de paso. Por la tarde comenzaron los trabajos para retirar el árbol de la calzada, dejándolo en la finca ahora ocupada -propiedad del pazo-, y así poder reanudar el tráfico. El jueves continuarán las labores para dejar las raíces y los tres primeros metros de eucalipto a modo de escultura botánica en el pazo. Los siguientes metros hasta los 12 se utilizaran para toradas decorativas. El resto, para leña.