La plaga de carabela portuguesa que se detectó en el sur de España y posteriormente fue avistada frente a Portugal, para subir poco a poco hasta las Rías Baixas, ha tocado la costa de O Salnés -especialmente en Sanxenxo y O Grove- y la ría de Arousa. Esta circunstancia ha obligado a prohibir el baño en todas las playas de O Grove, sobre todo en A Lanzada, Raeiros y Area da Cruz.

Si bien es cierto que esta época no es excesivamente propicia para el baño, la soleada jornada vivida ayer hizo que decenas de aficionados al surf y al kitesurf tomaran A Lanzada y Mexilloeira, mientras que otros ciudadanos se dedicaban a pasear por la orilla, en ocasiones descalzos y con lo pies en el agua, ajenos al peligro. Fue por ello que los integrantes de Protección Civil tuvieron que pedir a los usuarios que salieran del agua y se emplearon a fondo para instalar carteles informativos y peinar todos los arenales en busca de ejemplares de carabela portuguesa.

Para hoy se espera una importante afluencia de personas a las playas y paseos grovenses, gracias al buen tiempo, y la presencia de estos animales puede servir de mayor atracción, por la curiosidad que despiertan. Nadie va a impedirles que accedan a las playas, pero se les pide que eviten a toda costa el contacto con las carabelas portuguesas.

Hay que tener presente que esta especie, la Physalia physalis, también conocida como fragata portuguesa o falsa medusa, es frecuente en mar abierto, dentro de las aguas cálidas del planeta, sobre todo en las regiones tropicales y subtropicales de los océanos Pacífico e Índico. Sin embargo cuando se registran fuertes vientos del sur, como en los últimos días, puede ser empujada a aguas más frías, y ayer se demostró en O Grove.

"No podemos permitir ni un solo error, ya que los efectos de la picadura de esta especie son terribles", destacaban tanto el concejal grovense de Seguridad Ciudadana, Alfredo Bea García, como el alcalde, Miguel Pérez, después de que se ordenara el cierre cautelar de las playas y antes de pedir a los ciudadanos "que extremen las precauciones, que eviten meterse en el agua y que no toquen a esta medusa, aunque esté muerta".

Paralelamente, desde la agrupación de Protección Civil advertían de que se trata de "una de las especies más tóxicas del mar, y si bien tiene la apariencia de una medusa, es en realidad un organismo colonial", es decir, formado por múltiples individuos.

Dicho esto, Protección Civil destaca que la fragata portuguesa "está compuesta por una vela gelatinosa de entre 15 y 30 centímetros que le permite recorrer los océanos impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes, mientras que del cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos que le sirven para atrapar a sus presas y que, extendidos, pueden llegar a medir hasta 50 metros y están provistos de cápsulas urticantes, que pueden paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano".

Las mismas fuentes aclaran que "el veneno de la carabela portuguesa tiene consecuencias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas en el ser humano, produciendo un dolor muy intenso, e incluso se han registrado casos de muerte".

Por esta razón si accidentalmente alguien toca uno de estos organismos, "es necesario salir del agua inmediatamente y lavarse la herida con agua de mar (nunca dulce) o vinagre; debe evitarse frotar la herida y retirar con mucho cuidado todo el material azul que deje sobre la piel y sobre la ropa de baño".

Desde Seguridad Ciudadana recalcan que "aún varios días después de la muerte del animal, las toxinas siguen activas, así que hay que tener cuidado con estos tentáculos cuando están en las playas o quedan adheridos a la ropa; nunca hay que tocarlos".

El jefe de Protección Civil, Víctor Otero, asegura que "no hay motivo de alarma, pero hay que tomar precauciones para evitar el contacto con esta especie".

No se descarta la posibilidad de que las fragatas, impulsadas por el viento, puedan avanzar e introducirse en las playas de otros municipios de la comarca.