La influencia de la gripe sobre la población arousana se ha reducido con respecto a mediados de marzo, pero sigue en niveles altos. Tanto es así que el servicio de Urgencias del Hospital do Salnés todavía está en cifras de asistencia muy por encima de su capacidad, y que al final no fue posible cerrar la tercera planta del centro durante la Semana Santa, tal y como estaba previsto.

El médico de Urgencias Ramón Barreiro, que es miembro de la junta de personal, explica que la intención de la gerencia era cerrar la tercera planta entre el Viernes Santo y principios de esta semana, como se hace habitualmente en todos los hospitales durante los puentes festivos, debido al descenso de las cirugías programadas. "Pero al final no fue posible porque en las otras plantas no había espacio y siguieron llegando pacientes al área de Urgencias que requerían hospitalización. De hecho, la tercera planta tuvo bastante actividad estos días", explica Barreiro.

Dado que la previsión era cerrar esas camas, la constante llegada de nuevos pacientes obligó a la dirección del hospital a reestructurar sobre la marcha el cuadro de personal, y como no se reforzó la plantilla para mantener el servicio éste tuvo que funcionar con menos trabajadores. "Inicialmente, el personal de la tercera planta iba a cubrir los permisos reglamentarios de los trabajadores de otras áreas, pero como se mantuvieron abiertas esas camas el servicio al final no pudo trabajar con la dotación normal", explica Barreiro. Así, en vez de los dos enfermeros y dos auxiliares habituales del turno de manaña, solo hubo uno de cada durante el puente festivo.

El médico de Urgencias señala que el pico del brote de gripe ya ha pasado, y que los casos se han reducido algo, "aunque el repunte sigue en meseta", lo que quiere decir que está estabilizado. Sostiene que "teóricamente la influencia de la gripe debería empezar a moderarse a partir de ahora", pero que estos días todavía es importante. Las entradas de pacientes se producen "básicamente por cuadros febriles, infecciones respiratorias o víricas", y en algunos casos requieren ingreso hospitalario.

"En estos momentos estamos trabajando con una media de entre 110 y 115 entradas diarias en Urgencias, con picos de hasta 120", añade. La previsión es que dentro de unas semanas, el número de pacientes baje a entre 95 y 100. Para Ramón Barreiro, estas cifras y el hecho de que fuese imposible cerrar la tercera planta durante Semana Santa es una prueba más de que la ampliación de Urgencias es imprescindible. "En la parte de hospitalización estamos más o menos, pero el servicio de Urgencias ya no da más de sí, y también necesitamos más quirófanos para reducir las listas de espera".

Así las cosas, hace tiempo que el personal sanitario de las Urgencias del hospital arousano se ha resignado a no poder garantizar a sus pacientes la intimidad y la privacidad. Lo normal debería ser atender a cada paciente en un box distinto, pero Ramón Barreiro explica que esto es imposible prácticamente siempre, pues es necesario habilitar dos camillas por box por falta de espacio. "Eso es completamente indigno", plantea el médico. "Los pacientes están separados por un simple biombo. Escuchan el diagnóstico del que tiene al lado o ven como se le realizan las pruebas". El área de Urgencias del hospital se ha quedado tan pequeña para su volumen de trabajo que a veces hasta es necesario colocar un par de camillas en el área de espera de la zona asistencial -tras la puerta de recepción- desplazando a los pacientes que esperan en sillas. Esta circunstancia se produjo varias veces en marzo.