La ausencia de lluvias, pero sobre todo la inexistencia de temporales y oleaje, hacen que el sector bateeiro gallego se vuelque en la recolección de mejilla -la semilla del molusco- que se encuentra en las rocas del litoral. La Consellería do Medio Rural e do Mar va a ampliar el plazo inicial para permitir que los productores realicen esta labor hasta finales mayo, e incluso estudia la posibilidad de ampliar el plazo hasta finales de junio.

Con la esperanza puesta en esa ampliación del plazo para compensar las dificultades del invierno -ya que los temporales impidieron recoger antes la mejilla necesaria-, los bateeiros aprovechan estos días para recoger la mayor cantidad posible de producto y empezar su "encordado", que es como se conoce el proceso mediante el cual se sujeta la mejilla a las cuerdas que cuelgan de las bateas.

Al mismo tiempo, muchos aprovechan para realizar labores de mantenimiento en los parques flotantes y repararlos tras el siempre duro invierno, poniéndolos a punto para los próximos meses, en los que esa mejilla que ahora se recoge en las rocas y se sujeta a las cuerdas con una fina red biodegradable debe ganar tamaño y peso hasta alcanzar la talla comercial.

Para entender mejor todo el proceso de cultivo y difundir los métodos tradicionales empleados en Galicia, el Consello Regulador do Mexillón detalla cada paso. A continuación se resumen esas claves de la producción del mejillón gallego:

Lo que hace en esta época del año el sector es recolectar los alevines de mejillón -la mejilla- que permanece adherida a las rocas, casi siempre compartiendo espacio con el percebe. "Entre los meses de octubre y abril los bateeiros, jugándose su integridad física -relata el Consello-, saltan a las piedras para recoger la semilla utilizando rasquetas".

Paralelamente, pero solo "si las condiciones oceánicas y ambientales en general son favorables, la recolección de la mejilla se realiza también mediante cuerdas colectoras especialmente diseñadas para que las larvas de mejillón se adhieran". Esos colectores se cuelgan entre marzo y junio para que cuando se produzca el desove las larvas se adhieran directamente a las cuerdas, lo cual evita tener que recoger la mejilla en las rocas. No obstante, se trata de un proceso mucho más lento, de ahí que el método habitual de recolección de mejilla sea el de las rocas del litoral gallego.

Se utiliza la semilla de mejillón recolectada en las rocas, cuando tiene un tamaño aproximado de uno o dos centímetros. Para elaborar las conocidas como "cuerdas de semilla", la mejilla se envuelve sobre la cuerda y se sujeta a ella con ayuda de una fina red biodegradable de rayón.

Es un proceso que puede hacerse a mano o con ayuda de una máquina especialmente indicada para ello -la encordadora-, siendo esta segunda opción la más frecuente.

Para que el lector lo entienda mejor, puede decirse que es un proceso similar al de elaboración de los chorizos. Se introduce la mejilla en el depósito o cubeta de una máquina especial y, junto a la cuerda, va saliendo por el otro extremo, en el que se sujeta la red a su alrededor, como si de la tripa con la que se hace el chorizo se tratara.

Lo que consigue la red biodegradable es evitar que la mejilla se desprenda, al menos hasta que sea capaz de sujetarse por si misma a la cuerda con ayuda del "biso", que son los hilos o filamentos que, como si de un pie o una mano se tratara, sirven al mejillón para aferrarse con fuerza al lugar en que se encuentre y evitar ser arrastrado por las corrientes.

Al aumentar su tamaño y su peso, el mejillón que permanece adherido a las cuerdas puede desprenderse y, de ser así, se arruinaría toda la cosecha. Es entonces cuando se efectúa lo que se denomina "desdoble", que es, sencillamente, distribuir el peso en dos o tres cuerdas diferentes, para que el molusco siga creciendo.

En el Consello Regulador lo explican diciendo que "se procede a subir las cuerdas de semilla para confeccionar nuevas cuerdas con menor densidad; con este desdoble se facilita el crecimiento de los mejillones, además de prevenir el desprendimiento de las cuerdas.

Por cada cuerda de semilla se obtienen entre dos o tres 'cuerdas de desdoble', que vuelven a echarse al mar -colgadas del emparrillado de la batea- hasta el momento de su comercialización".

Una vez en cubierta, el mejillón se limpia con abundante agua de mar, se procede a su selección por tallas y finalmente se introduce en sacos plásticos, listo ya para su traslado a los centros expedidores para su posterior comercialización en fresco".

Si la cosecha está destinada a su comercialización para fábrica -conserveras y cocederos-, lo que se hace es limpiar el mejillón y trasladarlo a granel en el barco hasta el puerto de descarga. Es lo que se conoce como "barcada". A continuación "es recogido por la grúa en el muelle e introducido en el camión con destino al centro de transformación".

Las mismas fuentes puntualizan que "la época de cosecha del mejillón gallego depende, entre otras razones, de su destino, pues el mejillón destinado a la conserva y a las empresas transformadoras se cosecha generalmente en verano, mientras que el destinado al consumo en fresco se recolecta preferentemente durante el otoño e invierno".