La Asociación Galega de Linfedema, que tiene su sede central en Vilagarcía de Arousa, llevó a cabo ayer por la mañana una campaña en la capital arousana, en la que denuncian que los tratamientos que reciben del Servicio Galego de Saúde (Sergas) se han visto bruscamente recortados en los últimos meses.

Hoy se celebra el Día Internacional del Linfedema, una enfermedad crónica y degenerativa que se manifiesta mediante una acusada hinchazón de los brazos o las piernas. Varios miembros de la asociación montaron una mesa informativa en la Praza de Galicia (Vilagarcía), en la que repartían folletos sobre la patología y vendían diversos artículos para recaudar fondos.

El presidente del colectivo, el vilagarciano Juan Manuel Ameiro, afirma que "la falta de atención al linfedema por parte de las administraciones sanitarias ya viene de antes, pero ahora se percibe un repunte a peor". En este sentido, Ameiro explica que "los afectados no están recibiendo los tratamientos de rehabilitación ni las prendas ortopédicas suficientes para contener la dolencia". Según el presidente "la mayoría de los pacientes están recibiendo el tratamiento por debajo de los mínimos", y esto hace que tengan que complementarlo acudiendo a fisioterapeutas privados -el coste medio de la sesión ronda los 25 euros- y comprando las prendas, que en algunos casos pueden llegar a costar hasta 200 euros.

La patología se produce por una obstrucción de los canales linfáticos, y se estima que afecta a unas 2.000 personas en la comarca de O Salnés, que es donde primero se organizaron los pacientes. No tiene cura, y el tratamiento consiste en sesiones de fisioterapia y en la colocación de medias o manguitos en las extremidades afectadas.

En este sentido, Marisa Abelenda Ares, una vecina de Carril a la que se le diagnosticó linfedema hace unos ocho años, asegura que "no me dan tratamiento por la Seguridad Social desde octubre, y ya me correspondía, pero cuando voy al ambulatorio me dicen que hay una lista de espera de miedo". En cuanto a las prendas protésicas, sostiene que "antes nos daban dos al año, pero ahora nos están avisando de que solo van a dar una".

Además, el colectivo se queja de que el sistema sanitario carece de equipos especializados para la atención a esta enfermedad, hasta el extremo de que en ocasiones su diagnóstico puede retrasarse hasta un año. "En Galicia no hay ni unidades de linfedema ni hospitales de referencia en los que ingresar a los pacientes", añade Juan Manuel Ameiro. La asociación forma parte de la Federación Galega de Enfermidades Raras e Crónicas.

Además de llamar la atención de las administraciones públicas sobre la enfermedad, la campaña de ayer perseguía divulgar la existencia de una patología "que sigue siendo desconocida para mucha gente", en palabras de Ameiro. De hecho, afirma que hay pacientes que la sufren y que no saben a qué tipo de especialistas acudir, y que incluso es difícil estimar el número de personas que la sufren "porque la gran mayoría de los casos están sin diagnosticar". La enfermedad tiene cierta relación con la radioterapia del cáncer -en un tercio de los casos la padecen mujeres que tuvieron antes un tumor de mama-, y en casos extremos puede derivar en lo que se conoce como elefantiasis.

La patología afecta seriamente a la calidad de vida de quienes la sufren, pues les impide por ejemplo levantar objetos pesados -por lo que puede ser incapacitante en ciertos trabajos-, o caminar demasiado tiempo, a la vez que se ven obligados a controlar mucho su dieta.

Durante la campaña conversaron unos minutos con el vicepresidente de la Xunta y conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, que ayer realizó una visita institucional a la ciudad.