El alcalde de Vilagarcía, Tomás Fole, asegura no haber recibido notificación alguna acerca de la oleada de robos ocurrida en las últimas semanas en la parroquia de Rubiáns. Según el regidor, no ha llegado a sus manos ninguna denuncia todavía y la única noticia que tiene al respecto, medios de comunicación aparte, es una conversación mantenida con el presidente de la asociación de vecinos, Xurxo Abuín, hace casi dos meses.

Fole responde a Abuín, que criticó la falta de respuesta de Ravella y la ausencia de vigilancia de la policía en su parroquia, argumentando que "si hubo robos debe denunciarlos a la Policía, no al Concello, porque para emitir un juicio desde un punto de vista político necesito que existan denuncias".

Admite que el portavoz vecinal de Rubiáns se puso en contacto con él "pero no pude llamarlo. Como alcalde tengo que atender muchas quejas", se justifica, a la vez que admite no haber recibido notificación alguna por parte de la Policía Local.

En busca de soluciones

Tomás Fole también afirma que "no sabe" si los agentes pasan habitualmente o no por el entorno de la parroquia, pero que estos "hacen rondas por toda la ciudad".

En cualquier caso, es intención suya "hablar con la Policía y contactar con la asociación" para intentar buscar remedio a esta inquietud vecinal expresada por el propio Xurxo Abuín.

"Si hace falta que los agentes patrullen a pie, se estudiará aplicarlo", dice.

Acerca de la reparación del centro social, el primer edil también reconoce que es competencia del Concello el proceder a su reparación, toda vez que tras dos visitas de los cacos, estos dejaron seriamente dañadas dos puertas de la instalación, por las que ahora cualquiera puede colarse con facilidad. "Como presidente de la asociación (Abuín), tiene que transmitir las deficiencias que haya al Concello para que se haga cargo de ellas".

Fole critica a su vez la gestión de Abuín cuestionando la regularidad del bar instalado en el centro social, así como las actividades que allí se realizan.

Los cacos siembran el miedo

El presidente de la asociación de vecinos de Rubiáns, Xurxo Abuín, denunció el pasado miércoles los constantes casos de hurtos sufridos por los vecinos de esta parroquia vilagarciana. Abuín los atribuye a la presencia cerca de la Praza do Souto de un punto de venta de estupefacientes, en donde habitualmente suelen parar jóvenes de Rubiáns que, para poder adquirir estas sustancias ilegales, hurtan objetos de valor en las casas de sus vecinos. Además, el centro social ha sido asaltado dos veces en menos de 60 días, lo que ha colmado el vaso de la paciencia de la asociación.