Los agentes de la Policía Local de los diferentes municipios de la ría, tanto los de Arousa Sur (O Salnés) como de Arousa Norte (Barbanza), van a implicarse más si cabe en la lucha contra el furtivismo y la pesca ilegal, toda vez que es una lacra que lejos de erradicarse va claramente en aumento, y no solo eso, sino que cada vez los furtivos están mejor organizados.

Ésta es una de las principales conclusiones –y por cierto, es extrapolable a las demás rías y localidades gallegas–, de cuantas pueden extraerse tras una reunión mantenida ayer en Cambados entre representantes del Gobierno central, la Xunta, las Cofradías de pescadores arousanas y Gardacostas de Galicia.

En ese encuentro se acordó intensificar la colaboración y coordinación entre efectivos, y sobre todo se recalcó la necesidad de implicar a los agentes municipales, ya que son los que tienen un contacto más directo con sus vecinos y los que mejor conocen a aquellos que acostumbran a practicar el furtivismo o la pesca ilegal.

Puede que las competencias atribuidas a los agentes municipales no sean suficientes para plantar cara a los que actúan irregularmente, pero no es menos cierto que su colaboración puede resultar determinante en esta misión.

Proximidad

El mayor o menor grado de implicación de los agentes locales va a permitir una mejor y más rápida intervención de efectivos como la Guardia Civil, pero es que, además, ellos mismos pueden inspeccionar y denunciar los posibles puntos de venta ambulante de pescados o mariscos ilegales, identificar negocios que carezcan de permisos para este tipo de actividad y, en definitiva, pueden ejercer como policías "de proximidad" para estrechar el cerco sobre las redes del furtivismo.

Por todo ello, está previsto celebrar una reunión entre alcaldes y representantes de los departamentos de Seguridad Ciudadana o Policía de los diferentes municipios costeros, y se hará así con la finalidad de ultimar el grado de implicación y el modo de participación de los agentes locales en esta interminable lucha contra el furtivismo, la cual se plantea ahora como un asunto de interés general con más fuerza que nunca.

Y es que en tiempos de crisis como los actuales, a pesar del incremento de los operativos, la mejora de la vigilancia y el éxito de los decomisos e incautaciones, también parece que cada día que pasa son más los que deciden "robar" marisco y/o los que quieren hacer negocio a costa de los demás. Y esto es así porque no hay que olvidar que la crisis también afecta a los sectores productivos y extractivos, que a diario pierden ingentes cantidades de producción a causa de los ilegales, al igual que puede verse afectado el conjunto de la ciudadanía, ya que el consumidor se expone a adquirir e ingerir productos incluso tóxicos.

De lo que se trata, en definitiva, es de cerrar filas y organizar un gran frente común entre las diferentes Administraciones públicas y todas las fuerzas y cuerpos de seguridad para "intensificar la coordinación y la vigilancia contra el furtivismo en nuestras costas", explicaron los asistentes a la cita de Cambados.

"La coordinación debe sumar en las labores de vigilancia, además de a la Xunta de Galicia, como Administración competente en la materia", por medio de Policía Autonómica y Gardacostas, también a "los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, policías locales e incluso a los vigilantes de los propios pósitos", recalcan los participantes en el foro.

Venta ambulante

En la misma línea, se conjuraron para incidir sobre todo el proceso ilegal –que no delictivo–, desde la acción de los furtivos y/o pescadores ilegales en el mar hasta la venta ambulante en las calles y barrios, pasando por la comercialización en los restaurantes e incluso lonjas o pescaderías, el transporte por carretera y otros canales de distribución de lo ilícitamente obtenido.

Evidentemente son muchos los frentes abiertos o los ámbitos de actuación en los que es preciso abundar para erradicar o minimizar una lacra como el furtivismo.

Submarinistas ilegales

Pero el compromiso de coordinación entre fuerzas y estamentos parece ahora más decidido que nunca, se ahí que incluso se hable de aspectos hasta ahora poco abordados, como el referente al furtivismo que practican los buceadores, que en muchos casos incluso son socios de diferentes cofradías y disponen de permisos de explotación para las más variadas especies.

Está claro que los buzos furtivos están cada vez más presentes y actúan cada día que pasa con mejores y más sofisticados y costosos equipos de inmersión, incluida la iluminación nocturna y la comunicación submarina".

Eso deja claro que no es un furtivismo como el practicado por familias o colectivos marginales, sino que son redes profesionales y perfectamente estructuradas para ejercer esta actividad y hacer negocio "fácil".

El resultado

Y analizado todo esto, los asistentes hicieron balance positivo. Entre ellos el patrón mayor Baltasar Iglesias, que representa a una de las cofradías más castigadas por el furtivismo –que no la única– a causa de la práctica de esta actividad en bancos como Os Lombos do Ulla.

El patrón de Rianxo concluyó diciendo que "llevamos mucho tiempo pidiendo vigilancia y coordinación, y no siempre es fácil, por eso este tipo de reuniones en las que se sientan las bases de una estrategia conjunta son positivas para todos, y lo más importante esta vez es la apuesta por implicar a la Policía Local".

El necesario trabajo de concienciación del consumidor

Para acabar con el furtivismo el consumidor debe concienciarse de que cuando adquiere estos productos colabora en la actividad ilegal, y lo que es peor, dependiendo de la especie de que se trate, se arriesga a sufrir graves daños, o incluso la muerte. Además, al adquirir productos ilegales se desestabiliza la economía de los marineros y mariscadores, y por extensión la economía de Galicia. En ello inciden la partes implicadas en la lucha contra esta actividad, quienes consideran de vital importancia concienciar al consumidor, y eso implica a los clientes de los restaurantes en los que se sirven productos ilegales, a veces con total descaro.

El riesgo de destruir empleo

Son muchas las lecturas que pueden hacerse sobre las consecuencias de la actividad furtiva. Una de ellas –de capital importancia en una época económicamente compleja como la actual–, es que con estas acciones ilegales el sector del mar "perderá puestos de trabajo en lugar de generarlos", y por tanto no podrá seguir ejerciendo como ese motor económico que fue durante tantas décadas.

En las aldeas, los ambulantes hacen sonar el claxon para atraer a los clientes, "como si fueran el panadero"

En la reunión mantenida ayer en Cambados se habló nuevamente de la necesidad o conveniencia de tipificar el furtivismo como delito. Para que cometer estas acciones pueda salir más caro al infractor y que incluso pueda ser castigado con la cárcel. Actualmente, salvo que el furtivo manipule especies como la vieira, que ésta esté afectada por biotoxinas y que pueda imputársele un delito contra la salud pública, el hecho de ejercer la pesca ilegal o hacerse ilegalmente con ingentes cantidades de pescados, mariscos o cefalópodos solo se castiga con una sanción administrativa a la que muchas veces no se hace caso.

Los que no tienen recursos ni nada a su nombre, menos aún tienen que perder por muchas multas que les impongan, de ahí que las cofradías reclamen una y otra vez la inclusión del furtivismo en el Código Penal.

"Pero no podemos esperar eternamente a que esto ocurra, por eso tenemos que tomar medidas ya, y eso implica intensificar la coordinación", espeta el patrón mayor de Rianxo, Baltasar Rodríguez.

"Es una burla"

Añade que "de ningún modo puede tolerarse esta situación por más tiempo, pues cada vez hay más furtivos y el producto obtenido ya se vende con total descaro en todas partes, intensificándose la venta ilegal en los restaurantes y puerta a puerta, sobre todo en las aldeas".

Rodríguez relata, además, que "los furtivos que venden su pescado en el rural ya hacen sonar el claxon de los coches para llamar a sus clientes como si fueran el panadero", y añade que "es una burla a la que debemos poner fin".

El rianxeiro sabe, como los demás, que la mayoría de los furtivos "son conocidos por todos", y también que a veces hay marineros o mariscadores que también se comportan de esta forma ilegal. "De ahí que debamos aplicar medidas contundentes y actuar con fuerza para erradicar esta lacra", termina.