No se trata aún de una sentencia, pero sí de un auto que rechaza un recurso y cuyos fundamentos de derecho parecen dejar claro que el Concello de O Grove no estaba desacertado cuando impidió que las autocaravanas estacionaran en cualquier parte, incluidas zonas de valor ambiental.

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) rechaza, como hace meses hizo un Juzgado de A Coruña, las pretensiones de la Asociación de Caravanistas de Galicia, que reclamó la suspensión de dos artículos de la ordenanza municipal de "policía y buen gobierno".

Todo esto se remonta al verano de 2010, cuando el gobierno local, con Alfredo Bea como concejal de Seguridad Ciudadana y el socialista José Cacabelos como alcalde, impidió que las autocaravanas estacionaran libre o "descontroladamente" en la zona portuaria, en diferentes calles e incluso en zonas protegidas, alegando que en O Grove ya hay sitios perfectamente regulados y autorizados para ello, como son los campings. Aquel verano de 2010 desató una agria polémica, y tanto empresarios locales como el Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) alabaron la intervención municipal, tratando así de regular la presencia de las autocaravanas en la villa.

Ahora, como queda dicho, el TSXG avala la tesis municipal y rechaza el recurso de los caravanistas, a quienes acusa de haber intentado manipular la situación. "Sin prejuzgar lo que se pueda resolver en sentencia €relata el auto respecto al texto del recurso rechazado€, ha de indicarse aquí que no es ajustado a las reglas de buena fe realizar una cita mutilada o parcial de un precepto para desviar la atención de su verdadero significado o descontextualizar la prohibición que en él se hace".

Así las cosas, el TSXG indica que la ordenanza municipal que se pretendía anular en su artículo 51.2 "no prohíbe dormir en todas las vías o espacios públicos, sino tan solo en los que no resulten autorizables".

Básicamente la Justicia indica que es el Concello el que debe indicar dónde está permitido estacionar las autocaravanas, y en este contexto sugiere que en O Grove hay lugares suficientes.

Tras conocer este auto, enviado al Concello el lunes, Alfredo Bea €que sigue como concejal de Seguridad Ciudadana, aunque ahora con el conservador Miguel Pérez€, no ocultó su satisfacción por el posicionamiento judicial, ya que "se demuestra que en ningún momento actuamos de mala fe, sino que intentamos hacer cumplir una ordenanza municipal debidamente elaborada y aprobada".

El galeguista abunda en esto al esgrimir que "en O Grove hay una decena de campings habilitados para dar cabida a estas autocaravanas, por lo que de ningún modo podemos permitir que estacionen sobre dunas u otros espacios protegidos, como ya ocurrió en diferentes ocasiones, ni que tomen las vías públicas, incluso a las puertas de los hoteles, ni la zona portuaria, como sucedió hace dos años".

Apunta el concejal que "los agentes policiales indicarán a los caravanistas cuáles son los establecimientos a los que pueden dirigirse para pasar la noche o incluso unos días". Y termina diciendo que "todo lo sucedido ha sido fruto de las ansias de protagonismo de alguno, que no duda en recurrir al ataque personal y la descalificación, ni tampoco en referirse de manera sesgada a la ordenanza reguladora, y todo para tratar de saltarse las normas y campar a sus anchas por nuestro pueblo como si los propietarios de las caravanas estuvieran exentos de cumplir la ley".

En julio de 2010 contabilizaron cincuenta

Hay que recordar que en julio de 2010 se alertó de que familias enteras habían decidido estacionar sus autocaravanas en diferentes puntos de interés turístico de la villa, y aquello desató una airada contestación social canalizada a través del CIT y diferentes empresarios. Hablaban de una decena de vehículos estacionados casi a las puertas del Gran Hotel La Toja, pero también en el aparcamiento de la playa de Espiño, San Vicente do Mar, proximidades de Lagoa Bodeira y Con Negro. Pero eso no era todo, pues se habían contabilizado hasta medio centenar de rulós esparcidas por la localidad. De ahí que se recordara que la Ley General de Turismo impide pernoctar en ellas y se advirtiera de que lo sucedido dañaba la imagen del pueblo y perjudicaba a la economía local.

Pronto se supo que el Concello trabajaba ya para solucionar el problema, se pusieron señales prohibiendo la presencia de las casas móviles y se tramitaron expedientes sancionadores.

Tras la polémica, el 3 de agosto de 2010 se anunciaba la progresiva retirada de las autocaravanas, para lo cual tuvo que intervenir la Policía Local, advirtiendo a las familias de que las acampadas itinerantes están prohibidas.