Las precipitaciones de granizo registradas durante el fin de semana –sobre todo el sábado–, unidas a los vientos racheados y por momento intensos que azotaron la comarca –especialmente durante la jornada del domingo–, han causado daños importantes en los viñedos y otras plantaciones o cultivos.

Los efectos directos o inmediatos son fácilmente detectables y consisten en desgarros o heridas en cepas, frutales, hojas o yemas. Pero no son los únicos problemas, pues lo peor que puede ocurrir es que esas heridas se conviertan en foco de infección o punto de entrada preferente para diferentes patógenos. Esto quiere decir que la principal amenaza no está tanto en los daños directos causados por el granizo o el viento, sino en los efectos indirectos, puesto que las plantas pasan a ser mucho más vulnerables.

En la Estación Fitopatolóxica do Areeiro (EFA), perteneciente a la Diputación de Pontevedra, son conscientes de ello, y de hecho ya han constatado la existencia de este riesgo en diferentes plantaciones. Por tal razón, los técnicos aconsejan que se inicie un tratamiento fungicida a base de "captan", pues solo de este modo puede evitarse que los patógenos se aprovechan de las heridas causadas por el granizo y el viento.

Y hay que insistir en que esta amenaza persiste actualmente para diferentes plantaciones y cultivos, no solo para la vid. Aunque este último caso resulta más llamativo, tanto por su repercusión social y económica como, también, por tratarse de unas plantas actualmente amenazadas por otros problemas, entre ellos el temido mildiu.

A este respecto, las lluvias han hecho que las plantas inicien por fin un desarrollo mucho más acorde con esta época del año, y esas mismas precipitaciones hacen que comience con fuerza el periodo de incubación, o lo que es lo mismo, que puede producirse lo que los técnicos definen como contaminación primaria.

De ahí que en la EFA aconsejen extremar la vigilancia y adviertan de que "a partir de este momento la evolución del clima condicionará la duración de este periodo de incubación, y por tanto el tiempo que tarde en manifestarse la enfermedad".

Sin noticias de la amenaza del "longicornio" del pino

El longicornio del pino, nombre común del Monochamus galloprovincialis, es un insecto que suele aparecer en primavera para alimentarse de los brotes tiernos de los pinos y tomar después los árboles enfermos, donde se aparea y reproduce.

Dicen los expertos que la hembra "realiza la puesta sobre la corteza, practicando para ello un pequeño orificio".

La larva "se introduce debajo de la corteza, donde excava galerías alimenticias". Cuando completa su desarrollo y se convierte en adulto es cuando sale al exterior por un agujero que previamente había realizado y taponado en estado larvario.

Esto provoca infinidad de galerías en la madera de los pinos y suele llevar aparejada una defoliación del árbol, ya que los adultos se alimentan de los brotes.

En la Estación Fitopatolóxica do Areeiro (EFA) apuntan que aún no se han alcanzado temperaturas idóneas para favorecer la actividad de los insectos, que con temperaturas bajas como las actuales permanecen aletargados.

Restos de poda y talas

Llegado el momento, en ciertas masas forestales llegan a aplicar tratamientos aéreos, aunque como consejo para una actuación natural y respetuosa con el medio ambiente los especialistas se inclinan por eliminar o limitar los árboles debilitados y los restos de poda que suelen acumularse en los montes para así evitar la presencia del insecto.

Cabe incidir, por tanto, en la importancia de retirar del monte todos esos restos de poda o de talas que con tanta frecuencia convierten a importantes masas arbóreas en un auténtico polvorín, cuando suben las temperaturas.

Riesgo máximo para el kiwi a causa de la bacteriosis

El pasado 30 de marzo la EFA incidía en "la conveniencia de aplicar un tratamiento con un fungicida a base de cobre cuando se generalice la brotación del kiwi" para reducir la incidencia de una enfermedad tan grave como la bacteriosis. Y ya entonces apuntaba que "el Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio recoge para este uso oxicloruro de cobre 38%, 52% o 70%, óxido cuproso 80% y sulfato tribásico de cobre 19%". Ahora, ante el avance de la enfermedad, informan de que es preciso prestar atención a la aparición de los primeros botones florales para protegerlos mediante el correspondiente tratamiento.

La lepra empieza a atacar a melocotoneros y nectarinas

Los técnicos de la EFA recibieron en sus instalaciones las primeras muestras de lepra recogidas en plantaciones de melocotón y nectarina de la provincia. Manifiestan que esta enfermedad se ve favorecida por las precipitaciones registradas en los últimos días, de ahí que apunten a la conveniencia de aplicar tratamientos fitosanitarios. Las mismas fuentes advierten de que ante la persistencia de precipitaciones y su posible continuidad en próximos días es necesario renovar los tratamientos después de las precipitaciones que registren más de 10 milímetros, puesto que el agua de lluvia reduce la efectividad del producto aplicado.

Pendientes del moteado y el oidio en los manzanos

Hace solo un par de semanas, la ausencia de lluvias constituía un problema grave para todo tipo de cultivos, aunque en el caso de las plantaciones de manzano aquella sequía servía para retrasar la aparición de las primeras infecciones de moteado. Pero ya se advertía de que con la llegada de las lluvias habría que intensificar los controles, especialmente en las variedades más sensibles. Ahora hay que hablar del oidio, cuya presencia ha empezado a notarse ya, sobre todo en la variedad "golden", extendiéndose igualmente a los membrilleros. Sea como fuere, de momento la situación no resulta preocupante y no es necesario tratar.