Las reservas de agua que atesora O Salnés se resisten a descender a pesar de la prolongada sequía que padece la comarca. El embalse de Castroagudín, en Vilagarcía, se mantiene ligeramente por encima del 65% de ocupación desde que empezó este mes. Por su parte, el agua del río Umia represada en A Baxe, en la localidad de Caldas de Reis, ha aumentado ligeramente en los últimos días, ascendiendo hasta el 63%.

El caudal de los cauces fluviales de los que bebe la comarca dista mucho de pasar su mejor momento. El año pasado por estas fechas la presa del río de O Con rozaba el lleno absoluto, con algo más de un 98% de agua acumulada. En estos momentos apenas supera el 65%. El dato, sin embargo, puede interpretarse de manera positiva. Y es que las lluvias registradas hace algunas semanas consiguieron que los niveles de ocupación pasasen de los 0,14 hectómetros cúbicos acumulados el día 5 de este mes a los 0,15 contabilizados una semana después. Y aunque desde entonces las precipitaciones no han vuelto a caer sobre la comarca y los termómetros han subido hasta rozar los 30 grados centígrados, las reservas de agua se mantienen.

En el caso del Umia, la Mancomunidade do Salnés aseguraba recientemente que el caudal que llega a la estación de captación ubicada en Ponte Arnelas es suficiente para garantizar el suministro. Y en los últimos días el nivel de ocupación del embalse de A Baxe, ubicado en ese mismo río a la altura del término municipal de Caldas de Reis, ha crecido.

El 19 de marzo la presa caldense atesoraba 3,54 hectómetros cúbicos de agua, y su nivel de ocupación se situaba en el 57,53%. Siete días después, el 26, el total era de 3,93 hectómetros cúbicos, y el porcentaje subía hasta el 63,64%.

La primavera ya ha empezado. Sin embargo, la ausencia casi total de lluvias se mantiene en la comarca desde hace alrededor de un año. De hecho, el presidente de la Xunta ha reconocido la situación de alerta, y ya ha lanzado un mensaje al conjunto de la ciudadanía gallega para que racionalice el consumo de agua.

El director de la Estación de Hidrobioloxía Encoro do Con, Fernando Cobo, reconocía hace algunos días que lo anormal de la situación viene dado porque ya hace varios años que los inviernos son más secos de lo habitual. Aún así, el biólogo hace un llamamiento a la calma, y asegura que por el momento los parámetros se mueven dentro de la normalidad, por lo que todavía no hay que temer posibles repercusiones a nivel medioambiental.

De cualquier modo, la ausencia de precipitaciones está teniendo consecuencias en las huertas de O Salnés. Los agricultores llevan recurriendo a los sistemas de regadío casi todo el invierno, cuando lo habitual en esa época del año sería una dependencia casi nula de estos medios artificiales.

Del mismo modo, el calor ha alterado los tiempos de floración de algunas especies frutales, y desde la Estación Fitopatolóxica de Areeiro ya recomiendan que se apliquen tratamientos para prevenir el ataque de enfermedades que ven en las elevadas temperaturas un óptimo caldo de cultivo.

En el mes de febrero la estación meteorológica de Corón, ubicada en el término municipal de Vilanova, registró tres litros de agua por metro cuadrado. La cantidad eleva el nivel de precipitaciones al 2% de las que se produjeron en el mismo mes del año anterior, cuando se contabilizaron 129,4 litros por metro cuadrado. En el mismo período de 2010 la cifra fue de 231 litros.