El invierno ha sido tan seco que la brotación se ha retrasado y las viñas están aún tan poco desarrolladas que la aparición de plagas como el mildiu no puede causar todavía daños significativos. Pero aún así resulta importante su sola presencia, por eso cabe destacar que esa enfermedad que otras veces tantos daños ha causado a las plantaciones ya está aquí, como lo está la excoriosis.

Así lo han constatado los técnicos de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro (EFA), dependiente de la Diputación de Pontevedra.

En estas instalaciones explican que el lunes se obtuvieron pruebas que demuestran la maduración de la oospora del mildiu en la comarca de Pontevedra, donde las primeras manchas de mildiu en la campaña anterior se habían registrado el 16 de marzo de 2011. Y apuntan los especialistas de la EFA que la citada maduración de la oospora "es el punto de partida para un nuevo ciclo de mildiu", aunque también advierten de que aún no se dan las condiciones propicias para su evolución.

"El desarrollo de la vegetación no es suficiente", explican los técnicos, pues como bien sabe el sector en buena parte de las plantaciones de vid solo puede hablarse de yemas hinchadas o de "puntas verdes", con hojas incipientes solo en los viñedos más adelantados.

Pero lógicamente los daños que puede causar el mildiu son actualmente mínimos, por no decir que nulos, y las condiciones meteorológicas tampoco son propicias para su avance, de ahí que ni siquiera se aconseje tratar al viñedo contra esta enfermedad.

Pero no hay que bajar la guardia porque, como queda dicho, sí empieza a estar presente, al igual que lo está la excoriosis, un hongo de invierno que debe tratarse durante la brotación de la viña. En este caso los técnicos de la EFA plantean dos posibles estrategias basadas en la aplicación de fungicidas de contacto.

Una posibilidad es actuar cuando el 30% o el 40% de las yemas se encuentren en estado fenológico de hojas incipientes o cuando el 40% de las yemas se sitúen en estado de hojas extendidas. La otra opción es realizar una única aplicación mediante un fungicida con fosetil-Al que se aplicará en estado fenológico de hojas incipientes.

La excoriosis puede prevenirse ya en el momento de la poda si se eliminan las varas con síntomas, si se queman los restos de poda y si durante la realización de los injertos se evita el uso de material de parcelas infectadas.

Si no se controla a tiempo y con firmeza, la excoriosis puede afectar a las yemas y evitar la brotación durante la siguiente primavera, de ahí la necesidad de extremar las precauciones.