Un joven de O Grove fue "cazado" por el radar cuando circulaba en su moto a una velocidad de 161 kilómetros por hora en un tramo urbano donde el máximo permitido es de 50. El citado individuo, que al parecer reconoció ante los agentes policiales que, efectivamente, es él aquel piloto al que fotografió la máquina, ha sido acusado de un delito contra la seguridad del tráfico, por lo que se enfrenta a duras sanciones, e incluso a una posible pena de cárcel.

Los hechos ocurrieron el viernes pasado, al filo de las siete de la tarde, en una avenida del centro urbano de O Grove conocida como Carretera do Conde, la cual discurre desde el barrio de Terra de Porto hacia la zona industrial de Virxe das Mareas y Porto Meloxo.

El citado individuo, como queda dicho, triplicaba el límite de velocidad permitido por la ley, tal y como registró el radar de la Guardia Civil de Tráfico, que periódicamente es cedido a la Policía Local de O Grove para efectuar controles y que desde hace unos días se encuentra en la villa.

"Cuando comprobamos las mediciones no dábamos crédito, y desde luego esto es algo que no podemos permitir", declaraba ayer el concejal Alfredo Bea García, responsable del área de Seguridad Ciudadana y persona que desde hace años se preocupa por establecer controles y campañas formativas tendentes a concienciar a los conductores para que levanten el pie del acelerador.

El propio edil galeguista indica que los vecinos residentes en las proximidades de la Carretera do Conde llevaban mucho tiempo denunciando que algunos conductores, tanto de motos como de turismos, circulan por esa carretera "a velocidades de vértigo, que suponen una amenaza y un peligro permanente tanto para los propios pilotos como para los peatones y demás conductores".

Tal es así que hace semanas algunos vecinos incluso tomaron nota de la matrícula de una moto que circulaba a velocidad excesiva y acudieron al consistorio para pedir ayuda. Alfredo Bea les explicó que tratarían de mejorar la seguridad y aumentar los controles, y al final resultó que la matrícula que aportaron los vecinos corresponde a la moto de gran cilindrada "cazada" el viernes pasado.

Bea aclara que ante dichas quejas vecinales "decidimos intensificar la presencia del radar en esa calle, y nuestra sorpresa fue comprobar que a las velocidades elevadas a las que habitualmente circulaban algunos, esta vez había que sumar el papel de ese joven que avanzaba a 161 kilómetros por hora".

Incluso lamenta que, "sin estar justificado de ningún modo, ni siquiera rodaba a esa velocidad de madrugada, cuando puede que no se encontrara a nadie en la calle, sino que lo hacía a una hora punta y cuando el tránsito por esa carretera es importante". El concejal considera que se trata "de la máxima velocidad a la que es sorprendido un conductor en Galicia dentro de casco urbano, y esto supone una triste marca que nos obliga a seguir trabajando en las campañas de prevención y concienciación".

Alfredo Bea sugiere que "este inconsciente piloto se enfrenta ahora a sanciones de entre 3 y 6 meses de prisión, a una multa económica diaria durante un periodo de entre 6 y 12 meses, puede estar obligado a realizar trabajos sociales, entre 31 y 91 días, y, desde luego, puede perder el carné de conducir por espacio de uno a cuatro años".