Gonzalo Durán Hermida cumplió ayer un mes como presidente de la Mancomunidade do Salnés. Ese hecho, y el de llevar casi 16 años al frente del Concello de Vilanova de Arousa le convierten en una de las voces más autorizadas para hablar de los problemas y los retos del municipalismo. El regidor está convencido de que los ayuntamientos son la administración política peor tratada de España, pero no se muerde la lengua al afirmar que parte de la culpa de la delicada situación económica en que están inmersos los municipios es de los alcaldes.

–¿Se veía hace un año como presidente de la Mancomunidade do Salnés?

–No. Nunca me lo había planteado ni nunca me lo habían propuesto.

–¿Y cómo encara el reto?

–Mi idea es que la Mancomunidade sirva para algo más, lo que no quiere decir que tenga más funciones, porque eso será lo que quieran los alcaldes. De entrada empezamos a hacer un estudio sobre cómo se prestan los servicios básicos, agua, alcantarillado y recogida de basuras y sobre lo que cobra cada concello por ellos. Y nos estamos encontrando con algunas sorpresas.

–¿Por ejemplo?

–Los costes de los servicios son similares, pero las tasas que se cobran en los ayuntamientos son muy dispares. Hay ayuntamientos del rural donde cobran 30 euros por la recogida de basura y otros urbanos que cobran 90, cuando el coste del servicio en el casco urbano es menor. Eso significa que hay municipios que están subvencionando el servicio. Una parte muy importante del déficit de los concellos se debe a que se están prestando servicios por debajo de su coste, y eso implica que algunos vecinos terminen pagando los excesos y derroches que cometen algunos usuarios. De hecho, hay un ayuntamiento de esta comarca, como es el de O Grove, que no cobra por el alcantarillado. Y eso repercute en el resto de vecinos de O Salnés porque si O Grove cobrase esa tasa podría reducir la deuda que tiene con la Mancomunidade.

–O sea, es partidario de subir las tasas a los vecinos por los servicios básicos.

–Eso es lo que marca la legislación y lo que dicta el sentido común. Los ayuntamientos no pueden lucrarse con los servicios, pero tampoco perder dinero con ellos. No hay ningún concello europeo donde se cobren las tasas por debajo de su coste. A ver que tienda es capaz de mantenerse abierta vendiendo los productos más baratos de lo que le cuestan. Nosotros, de todos modos, lo único que podemos hacer es asesorar a los ayuntamientos, y luego que cada alcalde tome la decisión que considere pertinente. Pero eso es algo nuevo que q ueremos hacer en la Mancomunidade, asesorar a los concellos.

–Sin embargo, usted en su municipio no cobra por el autobús al Hospital.

–Eso es otra cosa. Se trata de un servicio social, de un apoyo a personas que no tienen coche o con pocos recursos. Pero si cobrásemos lo que debemos por los demás servicios tendríamos más para ayudar a los sectores desfavorecidos.

–¿Se siente representado por las federaciones gallega y española de municipios, Fegamp y Femp, respectivamente?

–En esta última etapa muy poco, porque han actuado más como correa de transmisión de sus jefes políticos en los partidos que como defensores del municipalismo. Deberían haber sido mucho más ecuánimes. El alcalde debe fijarse más en los intereses de sus vecinos que en los de su partido.

–¿Por qué se dice que los concellos son las hermanitas pobres de la administración?

–Porque lo son. ¿Quién da más servicios a los vecinos? ¿Y quién tiene menos participación en los ingresos del Estado? Es una sinvergüencería. A los concellos se nos está machacando desde hace años, exigiéndonos más servicios con menos ingresos.

–¿Aliviaría la situación de los municipios la supresión de las diputaciones?

–No es un problema de las diputaciones. Lo que no puede haber es servicios y costes duplicados. En un concello no puede haber carreteras de cuatro administraciones, y no es lógico que el Concello de Vilanova necesitase nueve permisos de departamentos distintos del Gobierno y de la Xunta para hacer la pasarela de O Terrón. Eso supone un lastre económico. Hay que reducir administraciones.

–Hace media década la Mancomunidade gestionaba proyectos millonarios de la Unión Europea. Ahora que esos fondos casi no existen, ¿ha cambiado el papel de los entes comarcales? ¿Pueden servir para que los concellos ahorren dinero?

–El contexto ha cambiado. Ahora la Mancomunidade es una garantía de que los servicios se van a mantener. Con el agua, la recogida de basuras o los alcantarillados no se puede jugar. Desde la Mancomunidade podemos asesorar a los concellos para lograr un equilibrio entre el coste y la recaudación de los servicios, pero también podemos asumir competencias para abaratar costes porque al ser más podemos beneficiarnos de mejores contratos.

–¿Vería bien la fusión de los concellos pequeños o de pocos habitantes?

–Leí hoy la historia de un pueblo de Italia que se quiere independizar por eso. Es muy difícil vencer los localismos. Lo veo utópico y problemático. Pero sí creo en la fusión de servicios, con lo que estos no serían una carga tan pesada para las arcas municipales.

–¿En qué situación económica se encuentra la Mancomunidade do Salnés?

–No tiene déficit, pero sí habría que corregir el capítulo de los gastos generales, que los están asumiendo los ayuntamientos, cuando lo lógico es que se prorratease ese coste en las tasas que se cobran por los servicios, como por ejemplo en el de abastecimiento de agua. La Mancomunidade soporta las deudas de los ayuntamientos con ella, con lo que si los concellos pagasen la Mancomunidade no tendría deuda.

–¿Cuándo cobrarán la subvención que tienen retenida del Pomal porque el Concello de Santiago no justificó sus obras?

–La semana que viene tengo una reunión con el alcalde de Santiago para hablar de ello. Él acaba de llegar, pero tiene que solucionar eso cuanto antes porque estamos perdiendo dinero por culpa del Concello de Santiago.

–Vilanova también debe mucho dinero al ente comarcal.

–El Concello de Vilanova ha pagado toda la deuda que tenía del agua, y además ahora tomamos el acuerdo de que la empresa concesionaria pase directamente la recaudación a la Mancomunidade. Debemos unos 200.000 euros de gastos generales, y ya no somos el principal deudor.

–¿Van a pedir la escuela de hostelería para A Lanzada o buscarán otra ubicación por las obras de la "pousada"?

–De momento la pedimos para A Lanzada porque a nosotros nos dicen que las obras de la "pousada" no interferirán. La escuela de hostelería es una cosa que funciona muy bien y la gente sale con empleo. Eso hay que mantenerlo.

–¿Cómo marchan los contactos para conseguir los terrenos de la ampliación del Hospital do Salnés?

–Va a haber novedades en pocos días. Se está trabajando entre los dos ayuntamientos (Vilanova y Vilagarcía), la Mancomunidade y Urbanismo de la Xunta. Por los concellos no habrá problemas para conseguir los terrenos. Eso no va a frenar nada.

–¿El centro comercial de San Miguel puede ser un motor económico para todo O Salnés o beneficiaría solo a Vilanova?

–Vilanova, O Salnés, Galicia y España tienen que tener el mismo modelo de comercio que hay en Europa. El pequeño comercio compite con el pequeño comercio, y las grandes superficies con las grandes superficies. No creo que nadie vaya al Alcampo a comprarse el traje para una boda. El pequeño comercio lo está barriendo la crisis, no el centro comercial de San Miguel. De lo que nadie habla es de las ventajas que tendrá para los clientes.