Se lo pensaban antes y se lo piensan más ahora. La crisis y el desempleo actúan como un elemento inhibidor a mayores de la maternidad tal como queda reflejado en el descenso de mujeres trabajadoras que solicitan la baja laboral por nacimiento o adopción de un hijo en la provincia, que en el primer semestre del año se situó en un 4,5% respecto al mismo período de 2010.

De acuerdo con los datos recabados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), en el primer semestre del año fueron 3.087 las pontevedresas que reclamaron la prestación por maternidad, lo que implica que cada día, entre el 1 de enero y el 30 de junio de este año, 17 trabajadoras se convirtieron en madres. En 62 de estos casos, el padre solicitó la prestación compartida. En los seis primeros meses del año pasado, las mujeres con empleo que solicitaron la baja por maternidad habían sido 3.232 y 69 los varones que compartieron la prestación con su pareja.

La vinculación entre el estallido de la crisis, y la aparejada debacle del paro, con el retraimiento de la maternidad en Pontevedra queda reflejada en la serie estadística anual de la última década. Si a partir del año 2002 se constató una ligera línea ascendente y continuada de mujeres trabajadoras que decidían tener hijos hasta alcanzar en el 2008 la cifra de 6.907, en los dos siguientes años se registró un descenso superior al 6% o lo que es lo mismo, hablando en términos absolutos: 417 asalariadas o emprendedoras en activos renunciaron a dar ese paso.

Sobre las mujeres que trabajan por cuenta ajena (asalariadas) pesa en muchos casos, de manera velada o abierta, la amenaza del despido si se quedan embarazadas, es decir, si deciden afrontar la maternidad.

Es una denuncia que recogen todavía con demasiada frecuencia sindicatos como UGT y CC.OO a los que llegan como un goteo casos de empleadas gestantes que bien se han encontrado "sorpresivamente" con cartas de despido y contratos no renovados (aunque la ley protege a las embarazadas de esta contingencia) o bien con propuestas de salida voluntaria de la empresa con indemnizaciones "generosas" y/o el compromiso de recolocación cuando hayan pasado unos meses desde el nacimiento de su bebé.

"La presión ha ido en aumento" coinciden en señalar fuentes jurídicas de ambos sindicatos que auguran que la situación puede ir a peor para las mujeres que quieran tener hijo o, incluso, para las que los tienen de corta edad.

Si la situación es complicada para las mujeres, también lo es para los varones que solicitan el permiso de paternidad: 2.366 lo hicieron en los seis primeros meses del año, un 1,38% menos que los demandantes del primer semestre de 2010.

Los datos de los solicitantes de la prestación de paternidad a la Seguridad Social remite a un perfil laboral casi exclusivo de funcionario o profesional liberal. Una doble condición que queda muy matizada en el caso de las mujeres en las que hay perfiles laborales y profesionales de todo tipo.