Decía Espronceda en su "Canción del Pirata" aquello de "con cien cañones por banda, viento en popa a toda vela, no surca el mar sino vuela un velero bergantín". No fueron veleros bergantines, sino dornas a tope y a tingladillo, las que ayer tomaron el puerto de Vilaxoán para inaugurar la VII Semana Náutica que este año sirve de antesala a los Encontros de Embarcacións Tradicionais de Galicia, que se celebran en Carril entre el jueves y el domingo.

Pero absolutamente nada que envidiar a la estampa de aquellas poéticas embarcaciones tenía la imagen que ayer por la tarde ofrecía el muelle vilaxoanés, donde decenas de dornas y otras embarcaciones tradicionales desplegaron con elegancia sus velas para demostrar el valor de lo propio.

Eran alrededor de las cinco de la tarde cuando las tripulaciones de las embarcaciones más madrugadoras comenzaban a realizar todos los preparativos para una sesión de navegación libre que hizo las delicias de los presentes.

Vilaxoán, como cualquier puerto arousano, conserva todavía numerosos testimonios vivos de los tiempos en los que las dornas a vela y a motor eran el medio de transporte habitual que los marineros locales empleaban para salir a faenar. No obstante, hace décadas que éstas barcas han dejado paso a otras, habitualmente fabricadas en poliéster e impulsadas a motor. Ayer, no obstante, los vilaxoaneses volvieron atrás en el tiempo y pudieron recordar con el peso de la evidencia física la hermosura de decenas de velas henchidas por el viento. La música y el buen humor no faltaron en la jornada, que es tan solo la primera de cinco a lo largo de las que hasta la localidad irán llegando las 143 embarcaciones inscritas en los Encontros de Carril. Mientras la cita náutica organizada por la Federación Galega pola Cultura Marítima e Fluvial no llega, en Vilaxoán han preparado actuaciones musicales, de danza y teatro, pero también regatas y visitas guiadas en las que todos los vecinos podrán descubrir las particularidades de cada embarcación.