En el Monte Xiabre, tanto en terrenos pertenecientes al Concello de Vilagarcía como en dominios de Caldas de Reis y de Catoira, es posible encontrar todavía una buena cantidad de caballos sueltos que en sus patas delanteras portan los tan repudiados cepos, también conocidos como trancas o pexas.

Esos artilugios de madera limitan la movilidad de los animales, y en algunos casos llegan a causarles importantes heridas en sus extremidades, considerándose la aplicación de estos cepos como un claro indicio de maltrato animal.

A pesar de todas las advertencias realizadas en los últimos años, es evidente que sigue empleándose esta técnica por parte del algunos ganaderos, y se hace así, también, a pesar de que el nuevo Código Penal introduce sanciones más duras para los maltratadores, e incluso contempla la posibilidad de imponer penas de cárcel a quienes perjudiquen a los caballos, y a los animales en general.

Hay que incidir en el artículo 337 del Código Penal, pues se dedica expresamente al maltrato de los animales y elimina el requisito de "ensañamiento", ya que esto limitaba considerablemente la persecución y castigo de los maltratadores.

Dicho artículo señala que "el que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente a un animal doméstico o amansado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud, será castigado con la pena de tres meses a un año de prisión e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales".

De este modo, como hace meses advertía ya la Asociación Animalista Libera, con sede central en Cataluña, es teóricamente más fácil disuadir y perseguir penalmente a los responsables de la colocación de cepos en las patas de los caballos.

La misma entidad destacaba la importancia de que también se contemple la posibilidad de imponer inhabilitaciones, pues esto puede garantizar que los ganaderos condenados se vean obligados a separarse de cualquier trabajo con animales durante un periodo de hasta tres años.

Sin embargo, a pesar de las campañas desplegadas por entidades como Libera, y a pesar del endurecimiento de las sanciones, en montes como el de Xiabre siguen viéndose esas imágenes de caballos que tratan de buscar alimento y abrirse camino entre maleza y rocas con un gran palo de madera sujeto a una de sus extremidades.

El "pasotismo" de algunos ganaderos llega a tales extremos que incluso colocan esos cepos a animales que están marcados con hierro, es decir, que tienen la identificación de su ganadería en el lomo, sin que esto parezca servir para identificar y castigar a los autores de los malos tratos.