La comisión vecinal creada para exigir la reconstrucción de los bancos de azulejo del jardín de Ravella ha conseguido sus objetivos. La totalidad de los miembros de la corporación vilagarciana apoyó ayer con sus votos la reclamación de la población local, que desde que se acometiera el derribo de los asientos de la céntrica zona verde no han cesado en sus críticas.

Una nutrida representación vecinal se personó en la sesión plenaria de ayer por la tarde para evidenciar el apoyo a la exposición realizada por el portavoz del grupo.

Juan Carlos Porto puso voz al clamor local para pedir el apoyo de los grupos a la restitución de unos elementos "donde muchos de nosotros merendamos en nuestra infancia, comimos pipas en la adolescencia y regresamos a ellos con nuestros hijos en la edad adulta".

Todos los miembros de los grupos municipales de PSOE, BNG, PP, EU e Ivil mostraron su conformidad con la reclamación de los vecinos alzando sus manos a favor de la modificación del proyecto de recuperación e integración urbana del jardín de Ravella. Con la petición aprobada, la arquitecta Isabel Aguirre deberá acometer ahora la reforma de su proyecto para que incluya "los bancos en su forma tradicional, anterior a la remodelación del año ochenta, recuperando también los chafarices que formaban parte del conjunto".

La marcha de una sesión a la que acudieron decenas de vecinos distó mucho, no obstante, de la normalidad. El público congregado no escatimó a la hora de proferir sonoras manifestaciones de agrado o desacuerdo que provocaron instantes de cierto caos.

La intervención de la alcaldesa fue, precisamente, uno de los momentos más agitados del pleno. Pese a que Dolores García asumió la voluntad de la mayoría de su grupo, la regidora no quiso evitar mostrar su apoyo a un proyecto "en el que cree" y que compartía. Como tampoco escatimó elogios a la gestión realizada en los últimos años por Marcelino Abuín, "un gran profesional y defensor del patrimonio que puso por encima de todo la profesionalidad" y que, en su opinión, fue "el mejor concejal" de Vilagarcía.

Los elogios de la alcaldesa no fueron plato de gusto entre la representación vecinal congregada, que si no ahorró aplausos y vítores al conocer la noticia de la dimisión de Marcelino Abuín tampoco se guardó abucheos y reprobaciones ante las alabanzas de García.

Tanto Castro Ratón como Tomás Fole, Juan Fajardo y José Luis Rivera Mallo ejercieron su labor como portavoces de sus grupos para mostrar su respaldo a la voluntad de los vilagarcianos. En el caso del PSOE fue, no obstante, Tania García la encargada de tomar la palabra en el lugar de Victoria Hierro para explicar que, pese a que el gobierno cumplió con su deber exponiendo públicamente el proyecto hace un año, la obligación de su grupo es en este momento "apoyar la reclamación vecinal".

El protagonismo de la concejala de Limpeza no fue pasado por alto por Tomás Fole, sorprendido por la "nueva portavoz del grupo socialista".

La polémica por la demolición de los bancos de azulejo de Ravella llega una vez acometido el derribo, más de un año después de la aprobación y exposición pública del proyecto. A pesar de esto, tan sólo el portavoz de Esquerda Unida, Juan Fajardo, entonó el mea culpa y asumió la parte de responsabilidad que le toca por no haber examinado antes la obra con más detenimiento.

Desde el Partido Popular sí recordaron, no obstante, la complicidad de todo el equipo de gobierno, que "asumió y calló" durante más de doce meses que culminan con el concejal de Xestión do Territorio "como cabeza de turco" de la situación.