Fuentes próximas a Portos de Galicia confirman que tras las negociaciones mantenidas con la cofradía de pescadores San Martiño de O Grove se ha alcanzado un principio de acuerdo para instalar el pantalán flotante de embarcaciones tradicionales especiales en el lugar que estaba inicialmente previsto.

Como se explicó el miércoles, el pósito se opuso a la colocación del pantalán en O Corgo, pero finalmente, y tras aclarar el "malentendido" inicial, la situación se ha desbloqueado. En cualquier caso la colocación del nuevo pantalán tendrá que esperar, pues según indican en Portos esa estructura "aún se está construyendo".

Hay que puntualizar, no obstante, que todo el problema generado se debió a que la información facilitada desde Portos al cabildo fue nula, o al menos muy escasa. Tal es así que, tras las protestas iniciales del pósito, representantes del ente público dependiente de la Consellería do Mar llegaron a pedir disculpas al patrón mayor por no haberle comunicado sus intenciones con antelación, y sobre todo por no haber concretado desde el principio qué lugar iba a ocupar el pantalán para embarcaciones tradicionales especiales, es decir, para barcos restaurados como el vapor Hidria Segundo o la goleta Raquel C.

El patrón mayor, Francisco Iglesias, confirmó ayer que cuando se fondeó en la ensenada la pontona que debe ocuparse de la instalación del pantalán algunos marineros acudieron inmediatamente a la cofradía de pescadores para decir que el lugar elegido es "peligroso" y que colocar allí la nueva estructura "va a entorpecer la navegación".

Los usuarios del puerto explicaron que esa plataforma flotante ocupa "un lugar muy peligroso tanto a la hora de maniobrar como en el momento de amarrar nuestros barcos", a lo que añadieron que causa importantes trastornos a la flota.

Ante esto, la cofradía contactó con Portos, telefónicamente y por escrito, para pedir explicaciones y trasladar la preocupación de la flota. Fue entonces cuando en el ente que preside José Manuel Álvarez Campana lo achacaron todo a una confusión, lamentaron no haber informado previamente al cabildo e incluso llegaron a decir que iban a anular la inversión, es decir, que el pantalán ya no iba a ser colocado en O Corgo.

Días después, en Portos explicaron a la cofradía que el pantalán sí va a instalarse, pero no en el lugar en el que se encontraba fondeada la pontona motivo de discordia, sino pegado al espigón, a la altura de la gasolinera y donde antiguamente ya amarraban barcos como el Hidria Segundo y el Raquel C.

De este moto Portos incidía en que no se va a obstaculizar la navegación, ya que el espacio que va a ocupar el pantalán es el mismo que ya ocupaban los barcos tradicionales especiales, con la diferencia de que una vez ejecutado este proyecto van a estar mejor ordenados.

Tras ofrecer estas aclaraciones, y después de que se indicara que el guardamuelles de O Grove se había equivocado al señalar el lugar en el que iba a colocarse el pantalán, Portos y cofradía de pescadores llegaron a entendimiento y encauzaron la ejecución de esta obra, que como queda dicho tendrá que esperar, según el ente público, hasta que se construya el pantalán.

Mientras tanto la pontona sigue fondeada en la ensenada grovense, y sobre el puerto pesquero se amontona parte del material necesario para ejecutar el proyecto.

Lo que cabe esperar ahora, o al menos eso es lo que desean los marineros mecos, es que las obras se ejecuten cuanto antes para que esa pontona abandone la ensenada y el material depositado en zona portuaria deje de causar molestias.

Francisco Iglesias manifestaba ayer que "todo parece solucionado después de que Portos reconociera que hicieron las cosas mal desde el principio y aclarara que el lugar elegido para el pantalán flotante de barcos tradicionales no va a causar trastornos a la flota profesional".