Los vecinos de Rubiáns no están dispuestos a rendirse. La primera jornada de paralización de las obras de la Praza do Souto ha insuflado ánimos a la población local, que no está dispuesta a dar marcha atrás en sus movilizaciones hasta conseguir que el Concello atienda sus peticiones y ejecute el proyecto de acuerdo con el diseño pactado por la asociación vecinal y el concejal de Xestión do Territorio.

Los vecinos se organizaron ayer en grupos y, desde primera hora de la mañana, ocuparon el espacio donde tres operarios de la empresa Marco Obras y Proyectos de Arosa S. L. trabajan desde hace días. El colectivo vecinal pretendía evitar el inicio de la colocación de la piedra con que está previsto pavimentar la plaza hasta que la alcaldesa, con la que una representación de los vecinos se reunió ayer, dé la orden para que las obras se realicen según las necesidades vecinales. Y, al menos durante un día, los rubianeses cumplieron con sus pretensiones sin que ni siquiera la visita de la Policía Local lograse hacerles retroceder.

"La gente no va a ceder ahora", aseguraba el presidente de la asociación de vecinos O Souto, Xurxo Abuín, que recurría a un símil ajedrecístico para explicar la situación después de un día de objetivos cumplidos. "Esto es como una partida de ajedrez; una vez tumbadas las torres y los caballos sólo queda ir a por la reina". Así las cosas, la población local volverá a ocupar hoy el espacio de la futura plaza.

"Esperamos que en estos días alguien haga entrar en razón a Marcelino Abuín", explicaba el portavoz de los vecinos.

La primera jornada de paralización de las obras se desarrolló de manera tranquila y sin altercados. Los vecinos se congregaron frente al edificio del centro sociocultural a las ocho y media de la mañana, y allí permanecieron durante todo el horario laboral de los obreros.

"Vamos a hacer las cosas con tranquilidad, porque no somos vándalos", aseguraban los rubianeses.

No obstante, la resistencia pasiva bastó para conseguir que a primeras horas de la tarde los trabajadores abandonasen el lugar ante la imposibilidad de comenzar a trabajar en una zona que los vecinos de la parroquia se negaron a abandonar.

Una patrulla de la Policía Local se acercaba alrededor de las tres y media de la tarde hasta el lugar para levantar acta de lo sucedido, aunque los agentes no procedieron al desalojo ni a la identificación de la población congregada en O Souto.

Los vecinos se organizaron en grupos que llegaron a alcanzar el medio centenar y en ningún momento bajaron de la decena, y que hicieron frente a las inclemencias meteorológicas con una voluntad de hierro y café caliente. "Nos traeremos la calceta para pasar el rato", comentaba un grupo de mujeres a las que ni la humedad ni el frío consiguió mover de sus puestos en la plaza.

"Esto es una chapuza"

El hecho de que los técnicos municipales pretendan pavimentar la plaza de O Souto en un único nivel en lugar de en dos, con un pequeño talud en medio, no es el único punto que genera descontento entre los vecinos de Rubiáns.

La población local aprovechaba el día de ayer en las obras para intercambiar opiniones sobre el modo en el que estas están siendo realizadas.

"Llevo toda la vida trabajando en la construcción, y lo que están haciendo aquí es una chapuza", sentenciaba un rubianés. Los vecinos creen que el escaso espesor de la capa de cemento sobre la que está previsto colocar los bloques de piedra del pavimento, así como el hecho de que este esté siendo vertido directamente sobre un terreno embarrado, no permitirán que el firme soporte los embates del uso. Además, creen que el desnivel del terreno y el hecho de que la plaza se sitúe a la misma altura que el centro sociocultural traerán inundaciones.

"En dos días esto va a romperse", opinaba ayer más de uno, que no ve lógico que los técnicos no incluyan ningún tipo de refuerzo metálico en la estructura de base.

Los vecinos recordaban que la plaza deberá soportar el tránsito esporádico de los camiones que transportarán los escenarios y equipos de sonido para las fiestas que se celebran en esa zona.

Las protestas en la obra inquietan al encargado

Los vecinos de Rubiáns paralizaron ayer las obras de la futura Praza do Souto sin que en ningún momento se produjese ningún enfrentamiento, ni físico ni verbal, con los tres operarios de la empresa Marco Obras y Proyectos de Arosa S.L. que trabajaban en el lugar. Los obreros se ocuparon en la finalización de la acera que discurre paralela a los muros laterales y trasero del edificio del centro sociocultural para tratar de posponer lo más posible el momento del choque con los movilizados. "Tenemos claro que no nos van a dejar hacer nada delante, así que vamos a trabajar en esto hasta terminar", explicaban los obreros en las primeras horas de la mañana.

Fue después del descanso de la comida cuando el encargado de la obra se desplazó hasta el lugar después de que los trabajadores le llamasen por teléfono para alertarle de la situación. El hombre no ocultaba su preocupación por las pérdidas económicas que para su empresa podría suponer el hecho de no poder terminar el proyecto. El encargado de Marco recordaba la proximidad de la fecha límite para la entrega del trabajo, pendiente de dos subvenciones, y mostraba sus dudas acerca de quien asumirá los gastos de los materiales adquiridos para el pavimentado de la plaza en caso de que este quede sin acometerse.

El responsable de los trabajos se veía ayer incapaz de hacer nada para solucionar la situación, en espera de las órdenes municipales pertinentes. "Nosotros no vamos a enfrentarnos a nadie, eso está claro", indicaba.

A la espera de que la situación se aclare en una o otra dirección, los trabajadores indicaban ayer que abandonarán O Souto hasta que se den las condiciones para poder continuar con su cometido, ya sea para realizar el pavimentado según los criterios de los técnicos del Concello o se acuerdo con el diseño reclamado por los vecinos y pactado en su día con el concejal Marcelino Abuín.