Los chalés de Raeiros permanecen cerrados a cal y canto, a la espera de que llegue el verano y, con él, la "vuelta a casa" de sus moradores, gentes de poder adquisitivo alto que en su día pagaron alrededor de 500.000 euros por estos apartamentos adosados. En el entorno tampoco hay demasiados vecinos, y mucho menos ayer, a causa de la incesante lluvia. Aún así varios residentes en la parroquia de San Vicente hablaron tímidamente sobre la urbanización motivo de polémica, y lo hicieron para decir que "hay cosas mucho peores que esta".

Casi todos saben que la urbanización no invade el dominio público marítimo terrestre, no ocupa zona protegida y, en definitiva, no incurre en ninguna ilegalidad relacionada con su ubicación, a pesar de estar tan próxima al mar. El conflicto se debe a "cosas de políticos y de juzgados", decía uno de los consultados.

No le falta razón, ya que lo que se discute es el uso que se dio a la licencia concedida en su día para apartotel, lo que significa que no es uno de esos ejemplos de construcciones levantadas prácticamente sobre el mar sin atender a límites de ningún tipo. "Non lle fan mal a ninguén", apostillaba una mujer de la parroquia que, como los demás, prefería no dar su nombre.

Lo cierto es que la gente parece haberse acostumbrado a la presencia de estos chalés de lujo, y casi todos califican la urbanización como "bonita". Hay incluso quien dice que "al ser una urbanización tan atractiva atrae a gente de dinero, y eso es bueno para todos, pues generan riqueza en la economía local".

Absolutamente nadie de los consultados se plantea la posibilidad del derribo. "Esto parece un problema de licencias y de parcelación de la finca, pero no es tan grave como construir sobre la playa, por eso creo que al final todo va a solucionarse", esgrime el dueño de un bar cercano.

Entre los propietarios de los chalés hay, según dicen los vecinos, directores de conocidas empresas constructoras, altos cargos de bancos y cajas de ahorros, miembros de la Xunta y hasta puede que "alguien de la Audiencia".

Incluso el alcalde grovense señala que "se rumorea que en Raeiros tienen apartamentos algunas personalidades muy importantes del país, y bienvenidos sean, pues como alcalde y político tengo que decir que ese tipo de turismo de calidad y alto poder adquisitivo es muy importante para O Grove, pero todos somos iguales ante la ley, independientemente de la posición social y económica de cada individuo".

Como el alcalde y los vecinos consultados ayer, casi todos saben en O Grove que el conselleiro de Cultura, Roberto Varela, puede ser uno de los propietarios, pues es hermano de Fernando Varela, uno de los responsables de Inproin, la promotora de la urbanización.

Como saben también que el ex presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, veraneó en un chalé situado a escasos metros, lo cual demuestra que "esta es una zona muy conocida y a la que viene mucha gente importante", esgrimen los mecos.

Sea como fuere, tampoco dan demasiada importancia a la presencia de los "visitantes ilustres", pues en San Vicente do Mar y en el conjunto de O Grove –particularmente en A Toxa–, están ya muy acostumbrados a convivir con turistas o visitantes ocasionales de renombre y repercusión mediática que eligen esta península y su isla para veranear o disponer de su segunda o tercera residencia, tal y como ocurre con la urbanización de Raeiros.