La Guardia Civil de Tráfico volvió a constatar que la carretera durante la noche es un peligro en potencia pues son muchos los que conducen con varias copas de más o hacen temeridades como la de un vecino de Valga que se saltó el control establecido como consecuencia del grave accidente ocurrido en la N-550, del que se da cuenta en las páginas anteriores.

A primera hora de la mañana de ayer, media docena de turismos fueron parados por los agentes y dieron positivo en el alcoholímetro, uno con un índice de 1,15, es decir cinco veces más de lo permitido.

Pero el incidente más grave ocurrió a las ocho y media de la mañana, aproximadamente, cuando los servicios de emergencia casi habían despejado la carretera de los restos del siniestro ocurrido un par de horas antes.

Según fuentes presenciales, un turismo Peugeot 207 negro, al ver el operativo policial, decidió "pisar el acelerador" y hacer caso omiso de las órdenes de parar. A punto estuvo de arrollar a uno de los agentes y operarios de Protección Civil que se encontraban en la calzada. El conductor logró fugarse, pero los agentes consiguieron captar la matrícula y dar con el conductor, vecino de dicha localidad.

Poco después comenzó el operativo de control de alcoholemia en las inmediaciones. Varios coches quedaron retenidos en el arcén pues sus conductores daban positivo en la prueba de alcoholemia.

Como queda dicho, uno superó los 1,15; otro dio 0,65; y otros tuvieron que repetir la prueba pues también superaron los límites legales.

También dio positivo Marcos R.L., con 0,46 mg/l. quien conducía un Seat Córdoba por la avenida de Galicia hacia el centro de Cambados y colisionó frontolateralmente con el Suzuki Grand Vitara que conducía María del Pilar B.P., de 43 años y que tuvo que ser trasladada en ambulancia al hospital. El choque fue a las 6.25 horas.