Joaquín Vicente Lago, el vecino de Vilagarcía de Arousa de 55 años que falleció hace una semana a causa de un accidente laboral, mientras navegaba en un mercante por aguas de África, va a ser enterrado el domingo en el cementerio parroquial de Cea.

La familia de la víctima estima que el sepelio puede celebrarse al filo de las 17.30 horas, aunque se trata de una hora aún por concretar.

Está previsto que el cuerpo sin vida del marinero vilagarciano llegue esta misma noche a su ciudad natal. A eso de las 22 horas los restos mortales van a ser depositados en el Tanatorio de Arousa, en Rubiáns, donde van a permanecer hasta que el domingo llegue el momento de su traslado a la iglesia y al cementerio parroquial.

De este modo la familia pone fin a una semana de tensión y numerosos problemas administrativos, los cuales hicieron que el hermano del fallecido y un par de familiares más tuvieran que desplazarse al continente africano, con el propósito de agilizar en la medida de lo posible el proceso de repatriación del cadáver.

La noticia de la muerte de Joaquín Vicente Lago sorprendió a muchos vilagarcianos, pues se trata de un hombre conocido. Aunque falleció hace ya una semana, no trascendió hasta ayer, cuando muchos de sus amigos e incluso algunos familiares se enteraron de lo sucedido a través de FARO.

Hay que recordar que cuando el buque mercante en el que trabajaba Joaquín Vicente Lago se encontraba a la altura de Cabo Verde, el vilagarciano sufrió un percance mientras manejaba una máquina rebarbadora, que le seccionó una pierna y le hizo perder mucha sangre.

El hecho de que este accidente se produjera a bordo y que el vilagarciano tardara en ser atendido en el hospital de campaña situado en tierra firme hizo que los médicos no pudieran salvarle la vida.

Como se informó ayer, la víctima estaba a punto de jubilarse, y de hecho iba a hacerlo en cuestión de días, en cuanto regresara a casa. La documentación para acogerse a la jubilación por el régimen especial del mar ya estaba en su casa, pero antes de firmarla decidió hacer una última "marea", de la que ya no regresaría vivo. Joaquín Vicente estaba soltero y trabajaba en la mar desde hace prácticamente cuarenta años, dicen sus amigos.